Gobierno de España
"Perfecto": el SMS que cerró la "coalición del insomnio"
Los contactos comenzaron el mismo 10-N y culminaron con el acuerdo en la noche del lunes. Sánchez citó al líder de Podemos en Moncloa y dejaron el pacto en manos de Redondo y Montero.
Los contactos comenzaron el mismo 10-N y culminaron con el acuerdo en la noche del lunes. Sánchez citó al líder de Podemos en Moncloa y dejaron el pacto en manos de Redondo y Montero.
La primera coalición de la izquierda española desde la Segunda República. Lo que no fue posible en julio ni en septiembre, se ha rubricado solo dos días después de la repetición electoral. 48 horas de frenética negociación bajo un secretismo total, que culminaron con un mensaje de Pablo Iglesias a Iván Redondo, en la noche del lunes, dando plácet a la oferta desplegada por Moncloa. «Perfecto», respondió. Varios son los condicionantes que han contribuido ahora a un entendimiento que se antojaba impensable: los tiempos, los interlocutores y la pujanza de Vox.
Fuentes del PSOE ya avanzaron el lunes que su «autocrítica» de los resultados en las urnas vendría en la forma en que se encararían en el futuro las conversaciones. La propuesta de Sánchez a los partidos ya estaba diseñada. Esto es, abrirse a permitir sin vetos la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno. «Lo que en abril era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica», resolvió el propio Pablo Iglesias, urgiendo en la noche del 10-N a retomar las negociaciones donde se dejaron entonces. Y así se hizo, el presidente del Gobierno en funciones asumió tras el escrutinio que el gobierno progresista que se comprometió a lograr, le obligaba a transigir con la pretensión de los morados de entrar en el Consejo de Ministros.
Los contactos comenzaron la misma noche electoral en la que ambos partidos se emplazaron a mover ficha durante el lunes. El objetivo: que Sánchez sea presidente en el entorno del 15 de diciembre para aprobar medidas como la revalorización de las pensiones en plenitud de funciones antes de final de año y los Presupuestos Generales del Estado en el primer trimestre de 2020. La principal diferencia cualitativa respecto a hace unos meses es que quienes han tomado las riendas de la negociación en primera persona han sido tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias. El lunes, el presidente en funciones llamó al secretario general de Podemos y le citó a las 16 horas en Moncloa. En septiembre, los socialistas priorizaron el trabajo entre los equipos negociadores a una reunión entre los líderes, que solo llegaría como broche final para certificar el acuerdo. Ahora, sin embargo, han sido los tótems de ambas formaciones quienes han puesto los mimbres del pacto y lo han dejado en manos personas de su máxima confianza: el tándem Iván Redondo-Pablo Gentili (jefes de Gabinete de Sánchez e Iglesias, respectivamente) y, en paralelo, Adriana Lastra-Irene Montero (portavoces en el Congreso de ambas formaciones).
Este cambio de actores también ha sido clave para que el pacto prosperase. En septiembre se lamentaba desde el PSOE que Pablo Echenique apenas tenía margen de maniobra para negociar por parte de Podemos y el hecho de confiar ahora el desarrollo de las conversaciones a dos personas con poder de influencia ha sido clave. Fuentes próximas a la dirección de Podemos, destacan, sin embargo, que Echenique seguirá formando parte del equipo negociador y que desempeñará un papel clave en el diseño del programa de gobierno y de su estructura. El movimiento del presidente en funciones de colocar a Redondo al frente de las conversaciones es también muy significativo y da buena cuenta de que la confianza en su jefe de Gabinete sigue intacta.Tras perder tres escaños y más de 700.000 votos, en el partido habían comenzado a crecer las voces que endosaban la responsabilidad del resultado a Redondo por su estrategia de repetir los comicios, sin embargo, Sánchez ha querido visibilizar públicamente su respaldo a su jefe de Gabinete, como el mejor capacitado para desencallar la situación. A su lado ha estado la vicesecretaria del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, que conoce a la perfección la dinámica de los partidos y mantiene buena relación con Montero. Lastra será clave en el futuro para ahormar la mayoría necesaria para que este preacuerdo cristalice en un gobierno de coalición con el aval de la Cámara. Entre estos apoyos no se espera ni se apelará a la colaboración del PP a quienes el PSOE quiere colocar junto a Vox, «que lo sigan blanqueando».
Una vez superados los escollos que frustraron el acuerdo antes del 10-N, el trabajo negociador de las próximas semanas se centrará en terminar de diseñar dos elementos que ambos partidos consideran cruciales: la estructura y el funcionamiento del próximo Gobierno. En su comparecencia ante los medios, Sánchez aseguró que los cuatro pilares que regirán la caolición serán la cohesión, la lealtad, la solidaridad gubernamental y la elección de los perfiles más adecuados para cada una de las carteras ministeriales. En esa estructura, Iglesias ocupará la Vicepresidencia Segunda por detrás de la que dirigirá Nadia Calviño para coordinar toda la política económica.
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