Parlamento Regional
PP y Cs mantienen su guión en Madrid
El partido de Rivera quiere que el pacto vete «trampas» como la entrada de Vox en segundos niveles.
El partido de Rivera quiere que el pacto vete «trampas» como la entrada de Vox en segundos niveles.
El puñetazo en la mesa de Vox en Murcia, que mantiene bloqueado de momento el nuevo Gobierno regional, no cambia la estrategia con la que el PP y Ciudadanos (Cs) están gestionando la negociación para la coalición de gobierno en la Comunidad de Madrid. Ayer volvieron a reunirse para avanzar en el programa conjunto, que, previsiblemente, presentarán la próxima semana. Fuentes de Cs confirmaron a este periódico que están trabajando para que en ese acuerdo se detallen los compromisos de gestión, también el reparto de carteras, y que quede claro, asimismo, que no caben «trampas» sobre el gobierno en coalición. Es decir, que esta fórmula cierra la puerta a la presencia de representantes de Vox en la Administración regional, ni siquiera en segundos niveles que dependan de la parte del PP. En la negociación está teniendo un papel muy destacado el ex presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, que abandonó el PP para incorporarse antes de estas elecciones autonómicas y municipales a Cs. Si hay nuevo Gobierno regional, Garrido formará parte de él, pero esta vez en representación de Cs.
Si a lo largo de esta semana la candidata a la investidura, la popular Isabel Díaz Ayuso, no consigue el apoyo expreso de Vox a su elección, el presidente de la Asamblea regional, Juan Trinidad (Cs), no podrá proponerla para el Pleno del viernes, aunque ella ha expresado su deseo de someterse a votación, porque sería tanto como un fraude institucional. El socialista Ángel Gabilondo, con más apoyos en estos momentos que Ayuso, aunque le falten tres votos para la mayoría absoluta, también ha mostrado su deseo de optar al Pleno de investidura. Por tanto, en el caso de que Vox no ofrezca a Ayuso su apoyo expreso, el viernes se celebrará un Pleno instrumental en el que cada portavoz intervendrá durante diez minutos para poner en marcha la cuenta atrás de una repetición electoral.
El bloqueo en Murcia no cambia las posiciones esenciales del PP y Cs. En el caso de la formación naranja, su negativa a negociar directamente con Vox y a firmar un acuerdo con ellos. Otra cosa es que el partido de Santiago Abascal decida sumarse al acuerdo entre PP y Cs, ya que en ese caso el líder regional de Cs, Ignacio Aguado, no ve problema en que pongan su firma al acuerdo de coalición, de la misma manera que «lo puede hacer Gabilondo» si se identifica con el programa.
En el PP madrileño, que ven a su alcance el Gobierno regional, hay más miedo que en Cs a que Vox estire el bloqueo hasta repetir elecciones. Por eso hay más tentación a hacer alguna concesión, a la que Cs se opone. En la delegación naranja sostienen que por mucho que apriete, Vox no puede sostener el pulso hasta someterse de nuevo al examen electoral porque sería tanto como firmar su defunción. Por eso, frente a los titubeos en el PP, Cs dice que la posición debe ser mantenerse firmes sin ceder absolutamente en nada. En Murcia Ciudadanos suma con el PSOE, opción que siguen descartando. En el Gobierno regional madrileño la opción Gabilondo y Aguado se queda corta, y necesitaría además el apoyo de Más Madrid. Una alianza más antagónica que la de PP, Ciudadanos y Vox.
En Génova quieren confiar en que después del «golpe» en Murcia, Vox se avenga en Madrid a buscar una salida que justifique que no bloquean también «este Gobierno de centro-derecha». Ahora bien, Cs niega que vaya a rebajar sus posiciones más allá de hacer como en Murcia, sentarse con Vox, pero para sostener en público que no es para negociar sino para explicarles el acuerdo con el PP. Y en este escenario es difícil intuir cuál puede ser la explicación que dé ahora Vox para no repetir el modelo murciano. Antes del viernes se despejará la incógnita. De momento, el saboteaje al Gobierno murciano no ha cambiado la estrategia ni la hoja de ruta con la que trabajan PP y Cs en Madrid. A pesar de que Vox haya dejado ver la «patita»: creen que favorecer gobiernos del PP con Cs les debilita a ellos y fortalece a quien puede engullirles, Pablo Casado.
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