Gobierno de España
¿Presidente o candidato? Toda la Moncloa al servicio de Ferraz
¿Presidente o candidato? Sánchez acelera de cara al 10-N y pone a TVE, el CIS, el Consejo de Ministros y las redes sociales oficiales al servicio de los intereses del partido
¿Presidente o candidato? Sánchez acelera de cara al 10-N y pone a TVE, el CIS, el Consejo de Ministros y las redes sociales oficiales al servicio de los intereses del partido.
Cuando el miércoles de esta semana, en la última sesión de control de la Legislatura, Carmen Calvo afeó a Podemos que dirigiera sus preguntas al Gobierno cuando en realidad eran cuestiones que debía responder el PSOE,un murmullo, a medio camino entre la incredulidad y la indignación, recorrió el hemiciclo. Calvo, con media sonrisa dibujada en la boca, trataba de intentar poner en evidencia, una vez más, la supuesta bisoñez de los de Pablo Iglesias en el conocimiento de las tripas del Estado: «Comprendemos de una manera muy distinta la Constitución y las instituciones. Usted le ha preguntado al Gobierno y usted le ha querido preguntar al Partido Socialista y al grupo parlamentario. ¿Se da usted cuenta? El Gobierno está en las labores del Ejecutivo», le recriminó la vicepresidenta a Ione Belarra, la portavoz de Unidas Podemos. El episodio indignó a buena parte de la bancada morada pero también a diputados de otros grupos. Lo hizo porque, según denuncian desde la oposición, el Ejecutivo de Sánchez no ha tenido el más mínimo reparo a la hora de utilizar en los últimos meses las instituciones y los altavoces que le concede estar en La Moncloa en beneficio de los intereses particulares del PSOE.
Un mitin ante la Prensa
Los últimos ejemplos de esta confusión entre la condición de Sánchez como presidente y su papel como líder del PSOE y como candidato socialista se han sucedido esta misma semana. El martes, nada más comunicar al Rey su falta de apoyos para poder presentarse a una segunda investidura, Sánchez volvió a La Moncloa. Convocó a los medios de comunicación y, en «prime time», ofreció una rueda de prensa en la que demandó a los españoles un apoyo «más claro» en las elecciones de noviembre que demuestre que «España quiere avanzar por la senda progresista». E insistió pasados unos minutos: «El próximo 10 noviembre tenemos una posibilidad de decir las cosas mucho más claras». Reeditó el guión el miércoles, esta vez desde su escaño en el Congreso, para pedir una «mayoría más rotunda».
Consejos de ministros
Durante los meses que duró la negociación, la sala de Prensa de Moncloa ya fue convertida por la portavoz, Isabel Celaá, y por otros ministros en el amplificador ideal de las consignas del PSOE y como soporte de la estrategia de negociadora frente a Podemos, PP y Ciudadanos.
El CIS, como palanca de presión
Apenas cinco días antes de que el Rey recibiera a los líderes de los partidos políticos para conocer su posicionamiento de cara a una eventual segunda investidura de Sánchez, el Centro de Investigaciones Sociológicas publicó su último barómetro, en el que los socialistas, con el 29,7% de los votos, triplicaban al PP, que con un 11,6% se situaba como segunda fuerza. Un escenario que algunos portavoces socialistas volvieron a utilizar para demandar a los de Pablo Casado una «abstención técnica».
TVE se adelanta al Rey
Fue el martes de esta semana el día en el que Felipe VI constató el fracaso de los partidos políticos a la hora de acordar una investidura. Como consecuencia de ello, no propuso ningún candidato. Un día antes, la administradora única de RTVE, Rosa María Mateos, ya había remitido una carta a los líderes de los cinco principales partidos para proponerles un debate en la próxima campaña electoral. Sin respetar los plazos previstos en el ordenamiento legal –de hecho, las Cortes no se disolverán hasta el próximos lunes– y sin esperar a que el Rey se pronunciase tras su ronda de contactos.
El twitter de Moncloa y el PSOE
La polémica concierne también a la utilización que el presidente ha hecho esta semana de las redes sociales. De hecho los perfiles de Sánchez, de Moncloa y del PSOE se han visto uniformados de improviso al incorporar todos ellos el logotipo oficial del programa Agenda 2030 por el desarrollo sostenible, que promueve la ONU. Una asimilación aparentemente desvinculada de cualquier intención electoralista pero que, desde algunos partidos, ha sido vista como una utilización de los medios públicos.
Presupuestos con tres «padres»
La estrategia no es nueva. Cuando en el otoño de 2018, Iglesias y Sánchez alcanzaron un acuerdo para sacar adelante los presupuestos, también fue objeto de crítica la escenografía utilizada. Una comparecencia desde La Moncloa de ambos líderes. Y en el documento, tres logotipos –el de La Moncloa, el PSOE y el de Podemos– que redundaban en la confusión entre el Gobierno y el interés partidista.
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