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Primeros contactos entre PP, Cs y Vox: “Todo, salvo los dos tronos de Madrid”

La dirección popular marca como irrenunciable la Comunidad y el Ayuntamiento madrileño por su simbolismo. Antes de perderlo, podrían ceder Castilla y León y Aragón, no Murcia por ser el feudo del «número dos»

El secretario general, Teodoro García Egea, y el vicesecretario general del PP, Javier Maroto
El secretario general, Teodoro García Egea, y el vicesecretario general del PP, Javier Marotolarazon

La dirección popular marca como irrenunciable la Comunidad y el Ayuntamiento madrileño por su simbolismo. Antes de perderlo, podrían ceder Castilla y León y Aragón, no Murcia por ser el feudo del «número dos».

PP, Ciudadanos (Cs) y Vox tuvieron ayer su primera toma de contacto. Con el PP como mediador, igual que en Andalucía, y en conversaciones paralelas, sin, de momento, diálogo a tres. La comisión del PP plantea de partida que sea una negociación individual, cada gobierno en liza por separado, y no de manera global. Sólo ha habido un primer tanteo y la negociación formal empezará previsiblemente la próxima semana. Será larga y ya se cuenta con que no se resuelva hasta que esté a punto de expirar el plazo. Para que avance tendrán que superar el obstáculo de que Ciudadanos rectifique y acepte sentarse en una mesa a tres con Vox.

Génova vende optimismo y tranquilidad sobre la futura evolución de estas negociaciones. También dentro del partido es mayoritaria la opinión que se inclina por considerar que su posición es mucho más ventajosa que la de Ciudadanos. Aunque el PP haya perdido votos y la formación naranja haya mejorado en apoyos, pero, y ésa es la clave para los populares, sin conseguir el ansiado sorpasso sobre el PP. Hasta entre los más alejados de Génova se percibe confianza en las posibilidades del partido en este pulso a varias bandas. Las «piezas» mayores son la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, y las Presidencias de los Gobiernos de Castilla y León, Aragón y Murcia. Oficialmente Génova no quiere adelantar estrategias. Pero en el análisis interno sí hay una línea roja clara, que es Madrid, Comunidad y Alcaldía. Los dos Gobiernos por su simbolismo nacional e internacional.

Como ya ocurrió con el pacto en Andalucía, el PP está convencido de que tiene todas las de ganar. Que el coste para Ciudadanos de darle poder a la izquierda sería «muy alto», incluso, dicen, en los Gobiernos de Castilla y León, de Aragón y de Murcia, «no sólo de Madrid». Frente al runrún que apunta a que la formación naranja jugará con las variables y hará que el PP pierda un feudo tan emblemático como Castilla y León, por ejemplo, o Aragón, por poner otro ejemplo, en la cúpula popular creen que a las malas en Ciudadanos estarían dispuestos a dejarles gobernar en todas las Comunidades Autónomas a cambio del Ayuntamiento de Madrid. Pero para los cálculos tácticos de los populares, de perder la partida, «todo, menos ceder los dos tronos de Madrid».

El PP intenta colocar las piezas de la misma manera que hicieron en Andalucía, aunque los contextos tienen impotantes diferencias, la más importante, posiblemente, que ahora no pesa la presión de unas elecciones cercanas. Y que Vox ha aprendido de aquella negociación, y dicen que ya no están dispuestos a que les «humillen» de la misma manera. El PP intentará ser, mientras le dejen, mediador entre Ciudadanos y Vox, sin hacer causa del hecho de que la formación de Santiago Abascal esté anunciando que eleva el precio de sus escaños, exigiendo mesa a tres y también tocar poder.

El mantra de que los votantes «no perdonarían» a Ciudadanos y a Vox «ayudar a la izquierda» sirve desde el lado de Génova para intentar espantar todas las dudas que cercan la negociación de los nuevos Gobiernos. «Lo importante es que no sume la izquierda. Ciudadanos intentará subir su cotización, y el PSOE les ayudará todo lo que pueda, pero saben que para ellos sería letal que por su culpa gobierne la izquierda», insisten machaconamente en las filas populares.

El problema al que se enfrenta Albert Rivera es más complicado que lo que airean desde el PP. Una parte de su electorado no entendería que facilitase Gobiernos de izquierda, pero otra parte tampoco comprendería que se alíen con Vox. Desde Génova apelan a la «madurez» de Cs y Vox para sentarse a hablar y poder llegar a acuerdos. Sin embargo, Ciudadanos mantiene su rechazo a compartir Gobierno con Vox y a alcanzar acuerdos programáticos. Es casi como decir que quieren el apoyo gratis de los escaños de Abascal, y esto para Abascal sería firmar su acta de defunción después de la experiencia andaluza.

En las primeras llamadas y contactos en el Congreso han participado el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y, por parte de Vox, su portavoz en la Cámara, Iván Espinosa de los Monteros. Después de que Casado y Abascal ya hubieran mantenido una primera conversación el pasado miércoles. Pero no ha habido hasta ahora contacto directo entre Ciudadanos y Vox. Alguien tendrá que ceder, pero en este punto inicial sí parece claro que si los de Rivera insisten en hacer como que Vox no existe, en lo que están es en buscar una alternativa que deje al PP fuera del poder. La suma no da.