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Rajoy traslada a Cameron la firmeza de España sobre Gibraltar
Le traslada su «profundo malestar» por el «acto unilateral» de la colonia. El presidente insiste en que España no renuncia a los registros en la valla
El primer ministro británico, David Cameron, llamó hoy al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para expresarle su preocupación por la situación en el Peñón. Ambos mandatarios han acordado que los ministros de Exteriores de España y Reino Unido entablen «inmediatamente» conversaciones.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, trasladó ayer al primer ministro británico, David Cameron, el «profundo malestar» y la «gran preocupación» que ha provocado en España el hundimiento por parte de las autoridades gibraltareñas de al menos 70 bloques de hormigón en aguas de la bahía de Algeciras, vertido que hace imposible faenar en esas aguas a nuestros pescadores. Asimismo, Rajoy informó al «premier británico» de que la instalación de estos cubos es considerada por su Gobierno como «un acto unilateral inaceptable» y que la situación «ha sido generada por las autoridades de Gibraltar».
Según el comunicado hecho público por Moncloa, la llamada telefónica en la que Rajoy y Cameron intercambiaron pareceres sobre la escalada de tensión en el Peñón tuvo lugar ayer a las 10:15 de la mañana y se efectuó por iniciativa británica, que había solicitado una comunicación entre ambos jefes de gobierno 24 horas antes.
El presidente del Gobierno ha repetido a David Cameron las líneas generales de la posición española sobre el conflicto en Gibraltar que ya transmitieron tanto el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, como el número dos de la Embajada española en Londres, Ramón Gandarias, al departamento de Exteriores británico en días anteriores. España considera que los controles en la Verja se están realizando en cumplimiento de la legislación comunitaria y nacional al tratarse Gibraltar de un territorio al que no se aplica el tratado de Schengen. En ningún momento el presidente del Gobierno insinuó a su homólogo británico que España se comprometía a ceder un ápice de su posición y a relajar los controles contra tráficos ilícitos en la verja de Gibraltar.
No obstante, durante la conversación Rajoy ha resaltado que Reino Unido y España son países «socios, amigos y aliados» y que los conflictos que surjan entre ambos «se tendrán que gestionar con honestidad y transparencia» y «dentro del respeto a la legalidad internacional, europea y nacional».
Por último, ambos jefes de gobierno acordaron que sus respectivos ministros de Exteriores se pondrían en contacto inmediatamente para entablar conversaciones encaminadas a resolver el conflicto. El contacto entre García-Margallo y su homólogo británico, William Hague, tuvo lugar ayer mismo y ambos acordaron la creación de grupos de trabajo para avanzar en la solución de la crisis. A estos grupos de trabajo, además de representantes de España y del Reino Unido, podrán incorporarse otras autoridades con intereses o competencias en la zona de Gibraltar. Este último detalle tiene una gran significación diplomática por cuanto supone en la práctica el abandono definitivo, también por parte británica, del Foro Tripartito, donde se dio a las autoridades de Gibraltar el estatus de país negociador al mismo nivel que a los estados español y británico. En estos nuevos grupos de trabajo, además del Reino Unido y el Reino de España, participaran otras autoridades con intereses en la zona, definición en la que cabe incluir no sólo al Ejecutivo de Fabian Picardo sino también a organismos del Campo de Gibraltar. Se consuma, de esta manera, la definitiva superación de este marco de negociación impulsado por el ex ministro socialista de Exteriores Miguel Ángel Moratinos.
Sin embargo, en una desconcertante estrategia de comunicación, los comunicados emanados de la parte británica parecían sugerir durante el día de ayer que el presidente español, Mariano Rajoy, en un momento de la conversación mantenida con Cameron, se habría comprometido a relajar los controles en la Verja. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, trasladó a García Margallo su agradecimiento por «el compromiso» de Rajoy de «reducir los controles». Fuentes diplomáticas consultadas por LA RAZÓN confirmaron a este periódico la perplejidad producida por estas afirmaciones. El presidente del Gobierno no sólo no se comprometió a reducir los registros en la verja, sino que reiteró la posición española con nitidez. Prueba de ello es el hecho de que, durante el día de ayer –pocas horas después de que se produjeran los contactos entre Rajoy y Cameron, por una parte, y García-Margallo y Hague, por otra– se volvieron a producir colas de hasta tres horas a la entrada del Peñón de Gibraltar.
Por otra parte, David Cameron, en declaraciones a la BBC, se mostró satisfecho por lo que él considera «algunos progresos» producidos durante la conversación y, a través de su cuenta de Twitter, subrayó que la posición británica sobre la soberanía de Gibraltar «no cambiará».
REINO UNIDO
Trescientos años de rocosa independencia
- Para Gibraltar los bloques de hormigón cumplen una función medioambiental necesaria y constituyen un arrecife artificial diseñado para crear un ambiente idóneo para que los peces lo colonicen y se alimenten en él. Su hundimiento no tiene, por tanto, otro objetivo que crear condiciones favorables para la pesca sostenible.
- Los registros efectuados en el lado español de la Verja son una medida de presión inadmisible y una muestra de la hostilidad de España hacia los gibraltareños. Están poniendo en peligro la temporada veraniega de turismo de la colonia, de la que dependen numerosos puestos de trabajo en la colonia.
- El Reino Unido defiende que las aguas territoriales sobre las que existe soberanía británica en el Peñón de Gibraltar son, por el oeste, las comprendidas entre la mediana de la bahía de Algeciras y la prolongación de la Verja y, por levante y el sur, tres millas naúticas desde la costa, incluida la del istmo.
ESPAÑA
Firmeza contra las afrentas de la colonia
- El Gobierno de España viene denunciado la política de hechos consumados en la que se ha embarcado la administración Picardo desde hace meses. El hundimiento de bloques de hormigón ha dañado, quizá irreparablemente, los intereses de los pescadores españoles que faenan en las aguas que rodean el Peñón.
- España está cumpliendo escrupulosamente con la legislación europea y nacional al realizar registros en la Verja. Gibraltar es un paraíso fiscal y el punto de nuestras costas donde más contrabando se produce. Al no tratarse de un territorio Schengen, es obligación de España impedir este tipo de delitos.
- El artículo X del Tratado de Utrecht no deja lugar a dudas: sólo fue cedido a los británicos «la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen». No se mencionan aguas circundantes y, por lo tanto, España sólo reconoce como británicas las aguas interiores del puerto.
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