Asesinato de Isabel Carrasco

Raquel Gago lloró «a mares» tras el crimen de Carrasco

Creen que la policía municipal imputada podría tener una relación sentimental con Triana, hija de la asesina

Raquel Gago entra a declarar en los juzgados de León en un vehículo policial camuflado.
Raquel Gago entra a declarar en los juzgados de León en un vehículo policial camuflado.larazon

Los vecinos creen que la policía municipal imputada podría tener una relación sentimental con Triana, hija de la asesina

Buena vecina, agradable y educada. Éstos son algunos de los adjetivos que utilizan los vecinos para referirse a Raquel Gago, la tercera imputada por el asesinato de la presidenta de la Diputación y del Partido Popular de León, Isabel Carrasco. Pero «si la jueza la ha enviado a Mansilla por algo será», mantiene uno de sus vecinos. La policía local de León es íntima amiga de Triana Martínez, la hija de la asesina confesa de Carrasco. El pasado viernes ingresó en la prisión de Mansilla de las Mulas, donde también se encuentran Triana Martínez y su madre, Montserrat González, que lejos de arrepentirse de lo ocurrido ha confesado en prisión que lo volvería a hacer «una y mil veces más».

Una vecina más

En el vecindario pasa desapercibida. Dicen sus vecinos de ella que es una chica muy tranquila. Incluso fue presidenta de la comunidad hace tres años. Sin embargo, el pasado martes se sorprendieron al verla «llorar a mares» en el portal del edificio. «Parecía que se le había muerto alguien, ¿me entiendes? Aunque no nos pareció conveniente preguntarle», relataron a este diario. La realidad es que la policía municipal había regresado de las dependencias policiales, en donde depositó el arma del crimen que se encontraba en su vehículo, y que, según fuentes cercanas a la investigación, ella misma ayudó a conseguir a Triana y su madre. Destrozada en el portal, fue vista por sus vecinos junto a su hermana y su cuñado, que le acompañaban y «la arropaban con cariño». «¿Quieres un cigarro para tranquilizarte?», le dijo su cuñado, según explicaba una vecina que presenció el momento.

Sus vecinos dicen que jamás la han visto con un chico, «pero sí con muchas chicas». Por lo que creen que podría mantener una relación sentimental con Triana Martínez, puesto que «si no es por amor, no entendemos qué ha podido pasar con Raquel, porque es una chica estupenda», comparte con LA RAZÓN una vecina. Raquel Gago lleva 11 años viviendo en el mismo domicilio, situado en el barrio leonés de Eras de Renueva. «Es una chica muy familiar, estaba poco por aquí porque casi siempre come en casa de sus padres», dicen en el vecindario. Y es que vive en la misma manzana que sus progenitores, que se desplazaron el jueves hasta Vegas del Condado, su pueblo natal –donde no se habla de otro tema desde que se conoció el incidente–, «para intentar abstraerse del runrún del barrio», indica una vecina de los padres de la policía municipal leonesa.

A esta mujer leonesa no le gusta llamar la atención. Muchos de los vecinos de los edificios colindantes al de Raquel Gago se enteraron a través de los medios de comunicación de que vivía en la zona. Sin embargo, es una persona deportista y algunos afirman haberla visto corriendo por el barrio en numerosas ocasiones. Además, sí que es socia del Centro de Deporte y Ocio Eras de Renueva, aunque en el mes de mayo se había dado de baja.

Antes de declarar como imputada ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de León, Raquel Gago retiró su nombre de los buzones de su edificio. Al mismo tiempo que ella permanecía en los juzgados, la Policía se desplazó hasta su domicilio para registrarlo. Asimismo, también estuvieron en el garaje del edificio inspeccionando el vehículo en el que se depositó el arma utilizada para acabar con la vida de Isabel Carrasco. La policía municipal está imputada por homicidio, atentado a la autoridad y tenencia ilícita de armas; pese a todo, sus compañeros del cuerpo municipal no dan crédito a lo sucedido.