
Congreso Nacional del PP
El regreso de DJ Pulpo, la firma de libros de Aznar y una «rianxeira»: las claves del congreso del PP
El nuevo PP explicado a través de las anécdotas del cónclave más festivo que se recuerda en la historia de la formación

El sábado, por la tarde-noche, cuando en Ferraz todavía continuaba el comité federal más agrio que se recuerda en mucho tiempo, en el interior de Ifema tenía lugar un piscolabis. Intentamos entrar con poco éxito. «¿Dónde están los tickets?». Una fiesta es bien cuando hay quienes se quedan en la puerta. Dentro, miles de compromisarios, cargos medios y gerifaltes del Partido Popular brindaban a la salud de Alberto Núñez Feijóo, que ya había sido proclamado presidente para un segundo mandato, por aclamación. Con un 99,24% de los votos. Y DJ Pulpo volvía a amenizar la fiesta.
Es tradición que el periodista radiofónico Carlos Moreno pinche su música en las citas solemnes de los populares: así hizo en la noche del 28-M, en grandes actos de campaña. También, aquel aciago 23-J, cuando parecía segura la victoria y todo acabó en el mayor gatillazo político que se recuerda.
Dos años más tarde, su regreso a la cabina azul ejemplifica el estado de ánimo de un PP eufórico que ha logrado una paz interna inusitada frente a la descomposición del «sanchismo», asediado por un sinfín de escándalos de corrupción.
Acaba de terminar un cónclave en el que las dos enmiendas han superado el examen sin ningún voto en contra, ni siquiera abstención. Hay más tensión en un picnic veraniego en los Alpes Suizos. La suerte de Feijóo es el mal «bajío» que ahora parece apoderarse de Sánchez, al que «todo le sale mal», en palabras de un destacado barón popular, que ve la legislatura sentenciada.
Aznar se convierte en uno de los protagonistas del congreso
Pero la unidad no sólo se construye por defecto del rival, sino con una labor de persuasión para que los distintos sectores de la formación se sientan bien representados. Feijóo ha enderezado el rumbo de su partido y lo ha situado en la estela que marcó otro nombre propio de este fin de semana: José María Aznar, que se desplazó hasta el recinto ferial los tres días, viernes, sábado y domingo.
No dejó indiferente su intervención en la jornada inaugural, en la que auguró cárcel para Sánchez: «Si negocias presupuestos en una prisión y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en una cárcel, porque ese es tu ambiente». Tampoco pasó inadvertida la firma de libros que se marcó en el stand que Faes, su fundación, tenía en la antesala del plenario.
El padre del actual PP, entregado a la causa, aplaudió con fuerza las dos intervenciones de Feijóo, que prometió no ceder un milímetro ante los nacionalistas, bajar los impuestos y un plan nacional del agua. Un programa de gobierno que bien podía llevar el sello del presidente que hizo del PP un partido de gobierno... y de mayorías.
Otro nombre propio indiscutible fue el de Miguel Tellado. Hay coincidencia entre la dirigencia pepera: nunca un secretario general acumuló tanto poder. Génova tomada por Galicia. Tanto es así, que en la foto de familia que se hicieron los populares gallegos, cuando se cantó una «rianxeira» hubo quien sugirió cambiar el himno del PP que, como el de España, tampoco tiene letra.
Por lo pronto, el oficial sigue siendo el «tan, tan tan, tan tan tan tan tan». Aunque el domingo, sonó Only Human, de The Killers, el grupo al que Pedro Sánchez fue a ver en un concierto en Alicante... en falcon, nada más ganar la moción de censura. Ahí empezó todo. Fue su principio y, quién sabe, si su final.
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