Nueva jornada marcada por las investigaciones judiciales al entorno de Pedro Sánchez. En esta ocasión, el fiscal general del Estado Álvaro García Ortiz ha sido procesado y la UCO ha entrado en el domicilio de José Luis Ábalos y el PP ha aprovechado para tratar de atacar otro flanco que debilite al Gobierno: Sumar. En concreto, en la sesión de control en el Senado, la portavoz de los populares Alicia García ha llamado a Yolanda Díaz a romper con Sánchez por la corrupción. "Por dignidad, decencia y coherencia con lo que dijo ser, salga de la familia sanchista y rompa con la mafia. Del sanchismo también se sale", ha espetado García, quien ha visto cómo Díaz salía en defensa de Sánchez al contraatacar la corrupción del PP.

En concreto, la vicepresidenta del Gobierno ha replicado que da "lástima" escuchar a García y que "tiene mucho valor" intervenir en nombre de los populares para hablar de corrupción, cuando es el "partido corrupto de Europa" y sus tramas, según ha dicho, han costado al país 64.000 millones.

La portavoz del PP ha acusado a Díaz de "consentir" la corrupción que Sánchez "apadrina" y le ha reprochado "cinismo". "Mientras siga tapando las cloacas y la corrupción, seguirá siendo cómplice necesaria", ha afirmado, antes de recriminarle a Díaz que Sumar está bloqueando la comparecencia urgente de Sánchez en el Congreso para que dé explicaciones sobre la conspiración de las cloacas del PSOE contra la UCO. "¿A qué transparencia y luz se refiere, si impidió que Sánchez diera explicaciones en el Congreso de manera urgente? ¿Sabe lo que de verdad abraza, es horizontal, inclusiva, cooperativa, pero nada feminista? La corrupción sanchista", ha remachado García.

"El tráfico de influencias, el cohecho, la malversación, la prevaricación, la pertenencia a organización criminal, la apropiación indebida o la revelación de secretos por una autoridad pública, ¿son comportamientos y formas compatibles o incompatibles con la democracia?", ha preguntado García a Díaz en la sesión de control en el Senado, sin obtener ninguna señal por parte de la vicepresidenta de romper con un Gobierno socialista que se encuentra contra las cuerdas.