Crisis del PSOE
Rubalcaba se da 9 meses para elaborar un programa de peso
El PSOE busca impulsar una segunda transición
El debate está abierto; los trazos dibujados y falta poner lo negro sobre blanco en un documento programático que saldrá de la Conferencia Política de octubre. Nueve meses es el plazo que Alfredo Pérez Rubalcaba ha fijado para que el socialismo dote de contenido una ambiciosa «misión»: vertebrar España y reestrablecer los consensos.
El debate está abierto; los trazos dibujados y falta poner lo negro sobre blanco en un documento programático que saldrá de la Conferencia Política de octubre. Nueve meses es el plazo que Alfredo Pérez Rubalcaba ha fijado para que el socialismo dote de contenido una ambiciosa «misión»: vertebrar España y reestrablecer los consensos. «Una nueva transición, mucho más compleja que la de hace 40 años, porque no sólo afecta al modelo de sociedad, sino porque obliga a buscar caminos inexplorados». Es la «función histórica» que afronta un PSOE que cree agotados los modelos político, social, económico y territorial derivados de la Constitución de 1978.
Si algo preocupa a los socialiastas, y así consta en su guión, es la crisis de confianza en el funcionamiento de la democracia y de credibilidad de sus instituciones, «empezando por los partidos, pero alcanzando prácticamente a todas las instituciones del Estado a las que se ve divorciadas de la población». Esto, además de la crisis del modelo territorial, un modelo autonómico que ha tenido mucho que ver con el progreso de España, pero que el PSOE renoce que está «bajo sospecha también».
Por eso la respuesta no puede venir, a juicio de los socialistas, de soluciones parciales, sino de un proyecto global; tampoco de un sólo partido, sino de un consenso renovado; ni de las élites políticas o intelectuales, sino de la voluntad social mayoritaria. Porque, reza en los documentos distribuidos para abrir el debate, dentro de la incertidumbre general hay algo que el PSOE dice saber con seguridad: «Nada volverá a ser como antes: ni el modelo de crecimiento, ni el Estado social ni la forma de hacer política». Así la izquierda se erige en responsable de la puesta en marcha de un «proyecto global» que no puede quedarse en la defensa de las conquistas sociales alcanzadas en la segunda mitad del siglo XXI. «Tenemos que tener el valor de asumir y decir que hay que construir un nuevo modelo de Estado social (...), pero también revisar los instrumentos y las prácticas de los partidos, además de crear nuevos modos de acción y participación política en los que pierdan sentido las barreras que separan a quienes hacen la política de quienes la reciben». Defienden que sólo por este camino «de revisionismo global» estarán a la altura, ya que son conscientes de que «el desgaste del PP no será suficiente».
De ahí que Rubalcaba haya lanzado la propuesta de una ambiciosa reforma constitucional con cambios «de calado, y no retóricos», en tres direcciones: la relectura del modelo terrorial en una dirección federal, que respete las identidades, fortalezca el autogobierno y refuerce la unidad de España; la revisión del modelo social para recuperar los instrumentos que garanticen la cohesión social y la reforma de la política democrática con cambios del régimen electoral, el papel del Parlamento y el funcionamiento de los partidos.
UNA CUOTA POR COBRAR DOS SUELDOS
El PSOE quiere que sus miembros sólo puedan ocupar un cargo y que, cuando sean incluidos en una candidatura, se comprometan por escrito a renunciar a su anterior puesto en caso de resultar elegidos. Y aunque sólo pueden cobrar un salario, contempla la posibilidad de que en algún caso no se pueda evitar y entonces deberán pagar al partido una cuota especial, informa Ep. El partido se propone revisar su reglamentación para reforzar las «incompatibilidades tendentes a evitar la acumulación de responsabilidades orgánicas e institucionales en una misma persona».
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