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Papa Francisco

Sánchez esquiva a Trump con su ausencia en el funeral

Ante la tensa relación con Estados Unidos, el presidente español huye para evitar una nueva descortesía que refleje su debilidad exterior por el acercamiento a China

Los reyes Felipe y Letizia posan en la embajada de España en la Santa Sede, junto a la delegación española que asistirá hoy sábado al funeral del papa Francisco, que reunirá a medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno y diez reyes. Junto con los reyes viajan las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Casa de S.M. el Rey/Francisco Gómez EFE

Pedro Sánchez se ha convertido en la gran ausencia de la delegación española y de los mandatarios europeos en el funeral del Papa.Su falta es tan incomprensible como injustificable. El presidente del Gobierno no ha expuesto ningún motivo para ausentarse, pero, muy probablemente, ha querido evitar quedar retratado en el saludo con Donald Trump en un momento en que las relaciones entre España y Estados Unidos pasan por un momento delicado tras los ataques de la Moncloa a la Administración norteamericana.

De hecho, Trump y el Rey Felipe VI y la Reina Letizia exhibieron sintonía durante el breve saludo que mantuvieron: probablemente, esa situación con Sánchez de por medio, habría dejado otro tipo de imagen. Es más, por protocolo, Sánchez se habría tenido que sentar muy cerca de Trump y su esposa Melania. Ni siquiera las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz y el ministro de Presidencia, que acudieron junto a los Reyes al funeral, se saludaron brevemente con el jefe de la administración estadounidense. Sí destacó el ministro Bolaños haber saludado al expresidente americano, Joe Biden.

Sánchez ha querido evitar que se diera una nueva imagen de descortesía de Trump, como la que se viralizó en la cumbre del G20 de 2019, donde el presidente norteamericano ordenó sentarse al mandatario español, en una muestra de desprecio.

Y en esta ocasión había altas opciones de que se reprodujera porque las relaciones entre Sánchez y Trump están muy lejos de ser buenas (por los ataques cruzados, pero también por el reciente viaje y apuesta del Gobierno por China, que ha molestado a Estados Unidos en plena guerra comercial) y porque se habrían tenido que sentar muy cerca tal y como marcaba el protocolo. La representación estadounidense se encontraba a escasos metros de la española. Los focos mediáticos, con toda seguridad, habrían captado la frialdad entre ambos mandatarios.

Moncloa justifica a Sánchez

Las razones que Sánchez ha querido encubrir para ausentarse del funeral son cada vez más evidentes a los ojos de la opinión pública, por mucho que Moncloa siga sin dar explicaciones. Presidencia del Gobierno se ha mostrado incapaz de ofrecer una explicación a su falta de asistencia. Se parapetaban en la cuestión diplomática como apoyo. «Si asiste el Rey no suele ir el presidente de Gobierno junto a él», aseguran en el Ejecutivo. Sostienen, además,que nadie puede dudar del cariño que el Gobierno profesaba al Papa.

Frente a su ausencia, cabe señalar que el propio José Luis Rodríguez Zapatero sí acudió a la despedida del Papa Juan Pablo II, un pontífice de corte marcadamente conservador y muy diferente a lo que ha representado el Papa Francisco para la Iglesia.

Sánchez ha querido defender que España se encontraba muy bien representada por los Jefes de Estado, aunque eso tampoco impedía que acudiera el máximo responsable del Poder Ejecutivo.

Así, el mutismo de Moncloa sobre las verdaderas razones de este plantón inesperado ha dado lugar a todo tipo de especulaciones en la medida en que no hay un problema conocido de agenda. En los ambientes políticos madrileños no dudan en dar credibilidad a la distancia entre Moncloa y Zarzuela, perpetrada por la primera institución. Lo cierto es que en los últimos meses los actos del Ejecutivo con la Corona se han elegido de manera muy meticulosa e incluso ha llegado a generar confusiones. Así ocurrió en la reapertura de la Catedral de Notre Dame en París, donde no hubo presencia española. Moncloa argumentó que la invitación era únicamente para los Reyes, que no asistieron. Y Zarzuela se vio obligada a dar explicaciones; motivos de agenda. Tras la Dana en Valencia, los Reyes junto a Sánchez visitaron Paiporta. De esa jornada, el presidente tuvo que ser evacuado por razones de seguridad, mientras que los Reyes se mantuvieron en su lugar. Muy poco después, los Monarcas asistieron a la misa en memoria de las víctimas en Valencia. Moncloa ha dejado sola a la Casa Real en las tomas de posesión de los presidentes Argentina y en El Salvador. Este mismo miércoles, el presidente del Gobierno decidió no acompañar al Rey a la entrega del Premio Cervantes. En la agenda, Sánchez tenía anotada una videoconferencia con líderes internacionales para abordar la crisis climática. El Gobierno conocía con anterioridad la cita en el Cervantes. Es la misma todos los años, por el Día del Libro. También sabía de antemano que el Rey no podría acudir al 50 aniversario de la muerte de Franco.

Hay quien asegura que Sánchez no se ha desplazado a Roma para evitar que el centro de atención se situase en su acompañamiento: todos los mandatarios internacionales acudieron al funeral con sus parejas. En el caso español, la sombra que se cierne sobre su esposa, Begoña Gómez, bajo el yugo de la Justicia, erosiona la figura del presidente.