Elecciones autonómicas
Sánchez y Díaz, guerra «sin cartel»
Ferraz y San Telmo evitan confirmar el orden de intervención de ambos líderes hoy en el acto de Alcalá de Guadaíra, el único al que irán juntos
Ha llegado el día. Hoy, por primera y única vez, coincidirán en la campaña municipal y autonómica el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Como en ocasiones anteriores, el encuentro viene envuelto en un halo de expectación y morbo ante el choque de trenes socialistas. La última vez que se vieron, hace escasamente un mes, en el Comité Federal del PSOE, Díaz llegó flanqueada por sus excelentes resultados electorales en Andalucía y los exhibió ante la plana mayor del partido como el camino a seguir para alcanzar el éxito el 24 de mayo. Nada tiene que ver el momento actual con el que se vivió el 28 de marzo en la sede de Ferraz. Las posiciones de fuerza se han invertido y ahora es Sánchez quien exhibe músculo tras prácticamente un mes en la carretera, mientras que Díaz acusa el desgaste de una investidura bloqueada en el Parlamento andaluz. Entre negativa y negativa a su gobierno, la presidenta en funciones también ha tenido tiempo de recorrer las principales plazas de España haciendo campaña, como si de una líder nacional se tratase. Prestando su apoyo a los barones clave de cara a estos comicios estuvo en Asturias con Javier Fernández, hizo lo propio con Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha y mañana pondrá rumbo a Alicante para compartir cartel con Ximo Puig.
El reencuentro de Sánchez y Díaz sobre el escenario vuelve a encuadrarse en una campaña electoral. La última que compartieron, la andaluza, fue un cúmulo de desplantes, en la que la entonces candidata no cedió un ápice de protagonismo al secretario general, relegándole a una escasa participación e incluso a ser el «telonero» de uno de sus mítines conjuntos. En esta ocasión, Díaz no ha podido frenar la presencia de Sánchez en Andalucía –el territorio que más ha visitado en campaña– aunque sí ha mantenido las distancias, incluso viajando a 1.000 kilómetros de distancia para evitar coincidir con él. Con semejantes precedentes, buscamos ávidos de intencionalidad el cartel que anuncia el mitin conjunto de ambos líderes. Esta vez, se ha elegido cuidadosamente la ubicación de sus nombres, colocándolos al mismo nivel para evitar suspicacias sobre la preeminencia de uno sobre otro.
Otra cuestión, no menor para aquellos que escrutan al milímetro las posibles intenciones veladas, es el orden en el que intervendrán ambos líderes. Sánchez ha cerrado, durante la campaña, la gran mayoría de los mítines en los que ha participado; lo hizo en Valencia, en Málaga o en Zaragoza. Pero también es cierto que, en función de los tiempos o del protocolo, en algunos actos se le ha permitido al candidato autonómico finalizar el mitin. Así ocurrió en Asturias, en Palma de Mallorca o en Murcia. Ni en Ferraz ni en San Telmo confirman todavía quién intervendrá primero.
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