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Cataluña

Tardá, proetarra

La Razón
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Hay algo en la manifestación que el pasado sábado recorrió las calles de Bilbao para apoyar a los eufemísticamente denominados «presos vascos» y que en realidad no son más que los asesinos terroristas de ETA condenados, algunos vascos y otros no, y es la presencia de algunos personajes que poco o nada han demostrado saber del sufrimiento y dolor que esos delincuentes han causado y a los que han respaldado con su presencia.

Y me refiero a los Bardem, Mayor Zaragoza y Tarda, al que considero el caso más grave y preocupante. Sus declaraciones no podían ser más miserables, ya que equipara a víctimas y asesinos. Dijo que «está con todas las víctimas y en primer lugar con las víctimas presas», afirmando así que está antes con los terroristas de ETA que con quienes han sido asesinados tan cruel e injustamente. No sólo ha demostrado una bajeza moral y una limitación intelectual abrumadoras, además esa afirmación tendría que ser tenida en cuenta como una vulneración de nuestro ordenamiento jurídico que vela por la memoria, dignidad y justicia de las víctimas del terrorismo. Podría decir, que el señor Tarda se metiese en sus asuntos en Cataluña, pero no caeré en algo tan simple, ya que los catalanes, como los vascos y todos los españoles, tampoco se merecen a un representante de esta catadura, y menos cuando es Cataluña uno de los lugares donde han sufrido el terrorismo de ETA con mayor intensidad. El señor Tarda con su presencia en ese pasacalles macabro ha apoyando a los asesinos de muchos catalanes inocentes, incluso niños –como en Vic e Hipercor, los dos atentados más sangrientos de ETA–, o de mis propios compañeros concejales del PP catalán. Y es que este señor continua demostrando que en ERC se sigue con la misma falta de escrúpulos y dignidad que cuando su predecesor, el infame Rovira pacto con ETA que no atentasen en Cataluña, dándole igual que lo siguiesen haciendo en el resto de España. Espero que los catalanes de bien, independientemente de sus ideas no dejen pasar la ignominia de Tarda, y la justicia tampoco.