España
Tejero vuelve al cuartel
Ayer se dio a conocer que el teniente coronel Antonio Tejero, uno de los artífices del golpe de estado del 23F, ha vuelto a los cuarteles. Pero esta vez para comerse una paella con su hijo y con otros implicados de aquel histórico día, presuntamente para celebrar el 33 aniversario.
Tejero fue el último condenado del 23F en salir de la cárcel. Lo hizo el 3 de diciembre de 1996, cuando abandonó la prisión militar de Alcalá de Henares en libertad condicional.
La foto de Tejero pistola en mano en el hemiciclo del Congreso de los Diputados dio la vuelta al mundo, aunque para él el 23F sólo es una página de su pasado de la que no ha querido volver a hablar, porque como ha dicho en alguna ocasión, "yo no fui protagonista de aquello, tan solo, tan solo un actuante".
En su etapa en prisión, Tejero, que ahora tiene 81 años, se dedicó a cultivar un huerto, escribir sus memorias y pintar, una afición esta última que continuó tras su puesta en libertad
No se ha sabido mucho de él estos últimos años, salvo que vive en familia entre Madrid y la Costa del Sol.
Sólo ha roto su mutismo en un par de ocasiones, una de ellas hace ya ocho años cuando en una carta pública pidió un referéndum entre todos los españoles sobre el Estatut catalán, que calificó como un intento de "mandar a España a tomar viento".
Precisamente por la cuestión catalana el exteniente coronel, que fue expulsado del cuerpo, volvió a salir a la palestra. Esta vez en noviembre de 2012 para presentar una denuncia en la Fiscalía General del Estado contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, por "provocación, conspiración y proposición para la sedición".
En una carta que publicó el diario "Melilla Hoy", Tejero informaba de esa denuncia contra "Arturo Mas", como llamaba al presidente catalán, "por sus continuas y reiteradas pretensiones secesionistas de una parte importante de España como es el Principado de Cataluña", y arremetía contra el silencio "permisivo"de los poderes del Estado ante el "contubernio catalán".
Más recientemente, el pasado mes de octubre, su tricornio fue el protagonista. Una conocida sala de subastas lo ofrecía por 6.000 euros. Tuvo que ser uno de sus hijos, Ramón, quien sacara del error a los que ya iban a pujar y asegurar que la popular pieza del uniforme ni era de su padre ni le había pertenecido nunca a él.
También hoy ha sido este hijo, que es sacerdote, quien ha salido en defensa de su padre y de su hermano al afirmar que esa comida, que se produjo el 18 de febrero, solo fue de amistad y que no se celebró el aniversario del golpe que se cumplía cinco días después.
Es más. Ramón ha dejado claro que en su casa no se celebraba nunca el 23F.
Como prueba de ello, cuenta que en 2011 su padre, acompañado de su esposa, no salió de la habitación del hotel de La Palma donde estaba hospedado el 23 de febrero.
Nadie conoce lo que se habló mientras se degustaba la paella que ahora ha dado que hablar, aunque la Guardia Civil dice que no se pidió autorización para celebrarla en el acuartelamiento, como hubiera sido preceptivo, y que, por tanto, el hijo de Tejero cometió una infracción.
Compañeros de Antonio Tejero hijo le definen como un hombre serio y formal en su trabajo, aunque reconocen que no ha sido muy adecuado organizar una comida en las instalaciones de la unidad que dirige, el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Madrid en esa compañía.
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