El desafío independentista
El primer desafío del nuevo president
El Supremo no prevé autorizar la salida de prisión de Turull y Rull para tomar posesión
El Supremo no prevé autorizar la salida de prisión de Turull y Rull para tomar posesión.
El presidente de la Generalitat consumó ayer su desafío y dio el primer paso para materializar parcialmente la restitución de los consellers cesados por la aplicación del 155, tal y como se había comprometido. Quim Torra firmó a mediodía el decreto que nombra a los miembros de su futuro Ejecutivo e incluyó a dos consellers encarcelados y a otros dos fugados en Bélgica: Jordi Turull para Presidencia; Josep Rull para Territorio; Toni Comín para Sanidad; y, Lluís Puig para Cultura.
Pero los consellers presos o fugados se darán de bruces con un primer inconveniente inminente, como es la toma de posesión. Según marca la legislación, deben jurar el cargo ante el president y el secretario de Govern, Victor Cullell, para que dé fe del acto. Esta escena es prácticamente inviable que se produzca en prisión, aunque Torra lo está barajando –mañana, además, tiene previsto desplazarse a Madrid para visitar a todos los encarcelados–, y por ello, el abogado de Turull y Rull pidió ayer la puesta en libertad de ambos para que puedan prometer el cargo el miércoles que viene y desempeñar sus funciones en libertad. Si no lo consiguen, Torra tendrá que recurrir al plan B: Damià Calvet para Territorio y Elsa Artadi para Presidencia, quienes en los últimos días han presionado a Rull y Turull para que renuncien a sus antiguos cargos. Con respecto a los fugados, los nombres alternativos son David Elvira en Sanidad y Laura Borràs en Cultura.
En todo caso, la evidente falta de recorrido de esta maniobra es veladamente asumida incluso por algunos de los implicados. Puig, en una entrevista con la ACN, aseguró que, aunque conoce la conselleria de «palmo a palmo» y considera que pueda ejercer de titular de Cultura desde el exterior, si no puede desarrollar las funciones de su cargo «correctamente», estaría dispuesto a dimitir «al instante» para no «entorpecer» al Govern. Asimismo, desde Esquerra, que ha intentado todo lo posible para que Comín renunciara como hicieron los otros consellers republicanos, se espera que Torra fracase en su intento por restituir a todos los envueltos en causas judiciales.
Turull y Rull ya han solicitado al juez Pablo Llarena que acuerde su libertad provisional «con la mayor celeridad y urgencia» para poder tomar posesión como consellers el próximo miércoles. En el escrito remitido al magistrado del Tribunal Supremo, el letrado Jordi Pina sostiene que «no existiendo ninguna razón que les inhabilite para ocupar el cargo de consellers», ambos tienen en su condición de diputados «perfecto derecho a aceptar su designación». No obstante, lo previsible es que el juez Llarena rechace esa petición invocando, como ya hizo anteriormente, el riesgo de fuga y, sobre todo, de reiteración delictiva. El pasado enero, cuando el líder soberanista Jordi Sánchez y el ex consejero de Interior Joaquim Forn pidieron permiso al instructor para tomar posesión de su acta de diputados, Llarena ya rechazó esa posibilidad anticipando que los parlamentarios electos tendrían que hacer frente a una «incapacidad legal prolongada» por su situación de prisión provisional.
En su escrito, la defensa de Rull y Turull asegura que el hecho de que los futuros consellers «deban ejercer su cargo desde prisión no es, desde luego, algo conveniente, ya que ellos dificulta un adecuado desempeño de sus labores», necesarias para ese «acertado retorno al autogobierno» al que hizo referencia el propio Llarena en sus autos de prisión.
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