El saqueo sindical

UGT cambió el plan de una escuela taller para tener «alicatadores» para su sede

La Razón
La RazónLa Razón

El sindicato UGT-A modificó la distribución de personal de la escuela taller «La Unión», que se encargó de rehabilitar su sede provincial de Córdoba, en función del estado del inmueble. En un primer momento, la escuela taller tenía un perfil más tecnológico, con un módulo específico de electricidad, pero el sindicato necesitaba alicatadores y reforzar los trabajos de albañilería. La organización se dirigió a la dirección provincial del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para que cambiara el plan de trabajo.

El sindicato consiguió rehabilitar su sede provincial de Córdoba con un «todo incluido», como ya avanzó este periódico: inmueble y 1,2 millones de euros para acabar la reforma y dotarla de todo el equipamiento. Con cargo a esta subvención, UGT-A pudo afrontar el pago de mobiliario, aires acondicionados, ordenadores y hasta los 3.000 euros en los que estaban presupuestados los rótulos con el logo sindical.

El programa se iba a extender en un primer momento entre noviembre de 2007 y noviembre de 2009. Pero el sindicato reclamó cambiar la planificación temporal. La segunda solicitud que cursó UGT al alto cargo del Servicio Andaluz de Empleo fue para modificar el plan de trabajo. En el proyecto inicial, la asignación de módulos de los 30 trabajadores era simétrica: diez para albañilería, otros diez para electricidad y diez para pintura. Sin embargo, el sindicato dirigió otro escrito al delegado del SAE para que cambiara el perfil de los trabajadores aludiendo a la situación del inmueble. «Debido al estado en el que se encuentran las instalaciones del pabellón del Antiguo Hospital Militar de San Fernando de Córdoba, lugar donde se va a ejecutar la escuela taller «La Unión», la especialidad de pintura y la especialidad de electricidad no se van a poder llevar a cabo hasta muy avanzado el programa», señalaba.

Por ello, el sindicato pidió cambiar la especialidad de pintura por la de «revestimientos» y electricidad por «solador/alicatador». En otro escrito fechado el mismo día que el anterior, el 12 de diciembre, Fernández Sevilla y Fresneda detallaban que lo que pedían eran 12 albañiles, 13 trabajadores encargados de revestimientos y otros 10 destinados al módulo solador/alicatador.

La Junta de Andalucía accedió a los cambios solicitados por UGT-A para adaptar el proyecto de la escuela taller a las necesidades de su sede sindical cordobesa. Lo prueba un documento interno fechado en junio de 2008, con el estadillo de asistencias y pagos consultado por LA RAZÓN, que forma parte del expediente de la ayuda. Efectivamente UGT-A contó con 12 albañiles, 8 alumnos de revestimiento y otros 10 alicatadores (siete hombres y tres mujeres). Una directora de una escuela taller muestra su extrañeza por estos cambios a los que accedió la Junta. Tras diez años de experiencia en el sector, asegura a este periódico que no ha visto un caso igual, en el que la distribución de los módulos de los trabajos se cambie después de la aprobación de la resolución. «Es la formación de los alumnos lo que debe primar, no las necesidades específicas del Ayuntamiento o la institución gestora del proyecto».