
Tensión
Yolanda Díaz, obligada a ceder más poder a sus socios
IU exige negociar el nombre del grupo y reclama también una portavocía adjunta, que Sumar ya estudia como «encajar»

Yolanda Díaz tendrá que ceder, finalmente, a abrir la caja de pandora. La tormenta generada por el «caso Errejón» ha sido, a su vez, una ventana de oportunidad para el resto de aliados, que desde las elecciones europeas venían demandando revertir los desajustes en el reparto de poder dentro de la coalición electoral en el Congreso de los Diputados.
Ahora, una vez que Movimiento Sumar, el partido de Yolanda Díaz, cedió para comenzar la reestructuración del grupo parlamentario haciendo partícipes al resto de partidos que conforman la alianza, se abren nuevas dinámicas dentro del grupo parlamentario. Y en términos de poder, son varios los aliados que ya hablan sin tapujos de que el tiempo en el que el partido de Díaz era el hegemónico en la izquierda alternativa, ha acabado. «Se ha desgastado», apuntan en la coalición. IU es el primer partido que ya ha puesto sus exigencias encima de la mesa, en este sentido. Una de ellas es la de cambiar el nombre de la coalición dentro del grupo parlamentario, al entender que existe una «confusión» del «todo» con la «parte», lo cual deriva en un «problema político».
Se trata de una propuesta ya reiterada por parte de la dirección de IU pero que ahora tiene más importancia ppor el momento que vive la izquierda alternativa. Nada más publicitarse la propuesta, desde Movimiento Sumar, su secretaria de Organización, Lara Hernández, buscó zanjar el debate dando un toque a IU. «No es el momento», dijo, asegurando que son debates que a la ciudadanía no le preocupan.
Lo cierto es que esta demanda de IU cuenta también con el apoyo de más formaciones dentro de la coalición pero que, si bien, no darán ningún paso si no existe un consenso previo. Así lo explican fuentes de Compromís, la Chunta Aragonesista y Més per Mallorca. Apoyarían un cambio de nombre, aunque, reconocen, que no lo ven como una urgencia en estos momentos.
Quien sí se han negado son los comunes, la cuota catalana en la coalición que cuenta con una alta representación dentro del grupo parlamentario y en el Gobierno, con una portavocía adjunta, un puesto en la mesa del Congreso y un ministerio. Su posición, junto a la de Movimiento Sumar, será clave en el desenlace del cambio de nombre del grupo. Al margen de esto, sí se comparte la necesidad de cambiar el método de trabajo sobre la toma de decisiones y es por eso que se reclama trabajar con «horizontalidad» e «igualdad» para que todos los partidos se sientan representados en la coalición.
Otro debate que se abre, este con más urgencia, dentro de la coalición, es el de la representación de cada fuerza política. IU está pidiendo ostentar una portavocía adjunta, la cuál se les fue negada al crear el grupo parlamentario hace un año, al no poder Movimiento Sumar sostener que daba una portavocía adjunta a IU y no a Podemos, con quien ya entonces chocaba antes de la ruptura final.
Ahora, IU reclama a Movimiento Sumar una portavocía adjunta, aunque fuentes del partido inciden en que la reclamación no es nueva y que ello no condiciona las actuales conversaciones sobre la reestructuración del grupo. En el entorno de Díaz ven intención de IU de ganar poder en medio de su propia debilidad. Fuentes del partido confirman que están trabajando para dar una portavocía a IU, que ostentaría Enrique Santiago, y explican que se encuentran «encajando el puzzle». Sumar como grupo parlamentario cuenta con tres portavoces adjuntos; Aina Vidal (Comunes), Águeda Micó (Compromís) y Jorge Pueyo (Chunta). Esta última portavocía adjunta la comparte el diputado aragonés con el de Més Per Mallorca, Vicenç Vidal. IU dispone de una portavocía sustituta, no remunerada, en cambio las adjuntas si cuentan con una asignación económica y con firma propia para presentar iniciativas parlamentarias. Hay varias opciones sobre la mesa para tratar de solucionar el galimatías y que todas las fuerzas políticas se encuentren «cómodas»: quitar una portavocía a alguno de los partidos que ahora la tienen. Esta primera opción podría pasar porque los comunes o la Chunta cedan su portavocía. No está en mente que fuese Compromís quien perdiese la portavocía puesto que este partido no tiene representación en Moncloa a través de un ministerio, como si tienen los comunes o IU. La Chunta, con un solo diputado, podría ceder su cargo, pero este partido lo rechaza, en principio. Así, por esta vía, no hay acuerdo. La otra opción pasaría por conseguir que la Mesa del Congreso, de mayoría progresista, acuerde la disposición de Sumar de una nueva portavocía adjunta (sería la cuarta). Esto último, no ha sido trasladado a la mesa del Congreso, según fuentes parlamentarias. Sumar asegura que técnicamente sería posible, pero de momento confirma que no lo ha solicitado. Hasta ahora, tanto Vox como Sumar cuentan con tres portavocías adjuntas, y PSOE y PP con cinco.
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