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“La pérdida de audición es el principal factor de riesgo para la aparición de una demencia”

Entrevista al Dr. Juan Manuel Espinosa, Otoneurólogo Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.

“La pérdida de audición es el principal factor de riesgo para la aparición de una demencia”. Pixabay

El Dr. Juan Manuel Espinosa, otoneurólogo Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, participa mañana día 9 a partir de las 10.00 am en la mesa redonda de la Clausura del I Congreso 60ymucho+ “Crear futuro pensando en el sénior” que correrá a cargo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En dicha mesa se abordarán temas comolas técnicas más innovadoras aplicadas en el tratamiento y prevención de distintas patologías, las ondas de choque como tratamiento para el Alzheimer, la prevención de enfermedades neurológicas derivadas de la falta de audición, el tratamiento reumatológico con células madre o la prevención del deterioro cognitivo con estimulación auditiva con audífonos.

-Para empezar me gustaría preguntarle en qué consiste su especialidad, la otoneurología. ¿Podría definirme qué enfermedades aborda esta rama de la medicina?

-La Otoneurología o Neuro-otología es una superespecialidad médica a caballo entre la Otorrinolaringología y la Neurología que se ocupa fundamentalmente del diagnóstico y tratamiento de los pacientes con mareo, vértigo y desequilibrio. En muchos países los neuro-otólogos son neurólogos especializados en esta área; sin embargo en España y en otros países mediterráneos somos los otorrinolaringólogos, como es mi caso, los que habitualmente nos dedicamos a estos problemas. Junto con los otólogos y audiólogos, también con frecuencia nos ocupamos de la pérdida de audición ocasionada por alteraciones del oído interno, el nervio auditivo o sus conexiones con el resto del sistema nervioso, y de los acúfenos o pitidos en los oídos.

-Cuando hablamos de enfermedades propias de la edad o asociadas al envejecimiento, hablamos de pérdida de audición, pero poco se conoce las enfermedades neurológicas que se generan a partir de esta situación. ¿Podría indicarnos cuáles son esas patologías?

-Dentro de mi especialidad, el envejecimiento se relaciona con dos enfermedades frecuentes como son la presbiacusia o pérdida de audición asociada a la edad, y la presbivestibulopatía, o mareo crónico e inestabilidad de la marcha provocados por el envejecimiento.

Desde hace unos pocos años sabemos que la pérdida de audición es el principal factor de riesgo potencialmente modificable para la aparición de una demencia. Estamos hablando de prevenir la demencia, por lo que la transcendencia de este hecho es enorme; sin embargo, es algo desconocido no sólo entre la población en general sino entre muchos profesionales de la salud. La pérdida de audición se puede prevenir y tratar. En este sentido, cada vez contamos con más estudios que apuntan hacia el efecto beneficioso de la adaptación de unos audífonos o, en los casos más severos, de un implante coclear, sobre el desempeño de diversas tareas cognitivas. Es decir, no sólo tratamos el problema de comunicación verbal, sino que podemos mejorar aspectos relacionados con la atención o la memoria.

De modo similar, los problemas de inestabilidad, principalmente cuando su causa se localiza en ambos oídos, pueden conducir a problemas cognitivos, sobre todo relacionados con la memoria espacial.

-¿Cuales son los primeros síntomas frente a los que debemos empezar a actuar para no empeorar la situación de la persona?

-En el caso de la pérdida de audición algunos pacientes no reconocen la existencia del problema, aunque son muchos los que aprecian como oyen que les hablan, pero no entienden lo que les dicen, especialmente cuando hay ruido de fondo u otras personas hablando. También se puede afectar la detección y la localización de los sonidos.

Otro tema interesante es del los acúfenos o pitidos en los oídos. Un estudio publicado el pasado año demostró como el padecer de acúfenos aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad de Alzheimer o una enfermedad de Parkinson.

-¿Es la pérdida de audición una enfermedad hereditaria? ¿O por el contrario, podemos prevenirla?

-Ciertamente, la pérdida de audición relacionada con la edad tiene un componente genético y se estima que tiene una heredabilidad del 40%.

En relación con la prevención, es fundamental evitar ruidos intensos, ya sea en el trabajo o en relación con nuestras aficiones (música, caza), y otros no tan intensos pero sí continuos. También es fundamental controlar factores de riesgo vascular como la obesidad, el tabaco, la hipertensión arterial, la diabetes o la dislipemia. Por último, hemos de tener cuidado con algunos medicamentos que pueden tener como efecto secundario la pérdida de audición.

-¿Qué es la hipoacusia?¿Qué factores la provocan?

-Hipoacusia es sinónimo de pérdida de audición. Básicamente, por un lado tenemos las pérdidas de audición de origen genético y por otro lado aquellas que denominamos como de causa adquirida. Dentro de estas últimas pueden deberse a factores prenatales como la infección por el citomegalovirus o el virus de la rubeola, problemas relacionados con el nacimiento, como la prematuridad y el bajo peso, y otras que aparecen después a lo largo de la vida, entre las que podemos destacar la pérdida de audición provocada por el ruido, las causadas por algunos medicamentos, entre los que figuraran varios antibióticos y algunos tipos de quimioterapia, y la pérdida de audición asociada al envejecimiento a la que antes nos referíamos.

-Por otro lado, ¿Cuáles son los factores que provocan vértigo? ¿Cómo se trata?

-El vértigo es un síntoma que puede aparecer en muy diversas enfermedades, algunas se deben a problemas del oído interno mientras que otras se relacionan con alteraciones en estructuras concretas del sistema nervioso. Considero que es importante destacar que la causa más frecuente de vértigo en la población general, y también en los mayores, es el vértigo posicional paroxístico benigno. Esta enfermedad es enormemente frecuente y debemos quedarnos con el último adjetivo: “benigno”. Lo interesante de este tipo de vértigo es que tiene una fácil solución, mediante un sencillo pero preciso tratamiento que realizamos en la misma consulta, sin recurrir a medicamentos. En este mismo sentido, habría que desterrar ese mito tan extendido que atribuye el vértigo a problemas cervicales, yo lo calificaría como una “leyenda urbana”.

-Considera que la pandemia está teniendo una relación directa con el agravamiento de estas enfermedades?

-A parte de las dificultades inherentes para poder atender a los pacientes, estamos viendo dos tipos de problemas. Uno es el derivado del empleo de las mascarillas, que hacen que los pacientes con dificultades de audición no puedan leer los labios de su interlocutor, con lo que pierden un importante apoyo para comprender el lenguaje hablado.

Otro problema que cada vez vemos más a menudo es el de aquellos pacientes que tras haber padecido la COVID refieren acúfenos, es decir, ruidos o pitidos en los oídos. La mayoría de los pacientes que atendemos ahora provienen de la primera ola. Sería importante poderlos atender de modo precoz, pues estamos teniendo buenos resultados con algunos tratamientos concretos.

-¿Qué consejos le daría a las personas para evitar o al menos, retrasar la aparición de la pérdida de audición?

-Evitar la exposición a ruidos intensos o continuos, tanto en el trabajo como durante el disfrute de sus aficiones, y controlar factores de riesgo vascular como el tabaco, la obesidad, la hipertensión, la dislipemia y la diabetes mellitus.

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