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Educación

Las cuatro reglas de los padres noruegos que todos deberíamos adoptar

En este país europeo logran criar niños resilientes, felices y responsables

Cómo criar hijos independientes, felices y responsables Antoni Shkraba

¿Sabías que en Noruega los niños van al colegio solos desde los seis años? Si esto te sorprende, es porque refleja la independencia que los padres noruegos fomentan en sus hijos. Pero la cultura de crianza en Noruega va más allá de esta autonomía. ¿Cómo logran criar niños resilientes, felices y responsables? Aquí te mostramos las cuatro claves que definen la crianza en Noruega y que podríamos aplicar en cualquier parte del mundo.

1. La naturaleza: Un pilar de la crianza Noruega

Noruega valora profundamente la cercanía a la naturaleza, algo que forma parte de su filosofía de vida, conocida como friluftsliv. A pesar de su clima, los padres noruegos se aseguran de que sus hijos pasen mucho tiempo al aire libre, independientemente de las condiciones meteorológicas. Este hábito contribuye a un estilo de vida más saludable y a un bienestar emocional y físico para los más jóvenes. Los niños noruegos, desde el jardín de infancia, ya están acostumbrados a jugar y aprender en espacios abiertos.

2. Fomentar la confianza y la independencia de los niños

La independencia es imposible sin confianza. En Noruega, los padres permiten que sus hijos tomen decisiones por sí mismos desde una edad temprana. Los niños noruegos rara vez piden permiso para hacer algo; en lugar de eso, se confía en que tomarán buenas decisiones. Este enfoque fomenta una mayor autonomía y prepara a los niños para asumir responsabilidades. No es solo una práctica familiar, sino que también se refleja en su sistema educativo, que promueve un aprendizaje a su propio ritmo.

3. El fracaso como herramienta de aprendizaje

En Noruega, el fracaso no es algo negativo, sino una oportunidad de crecimiento. Los padres permiten que sus hijos cometan errores y aprendan de ellos, sabiendo que esas experiencias los harán más fuertes y resilientes. De hecho, dejar que un niño se suba a un árbol, a pesar del riesgo de caerse, es visto como una forma de desarrollar habilidades para enfrentarse a desafíos futuros.

4. Seguir la Ley de Jante: El civismo como valor fundamental

La Ley de Jante es un concepto moral profundamente arraigado en la cultura escandinava que promueve el respeto por la comunidad y el cumplimiento de las normas sociales. En lugar de destacar la excelencia individual, los padres noruegos enseñan a sus hijos la importancia de seguir reglas para el bienestar colectivo. Este enfoque asegura que los niños, desde una edad temprana, comprendan que sus acciones afectan a los demás, fomentando así una sociedad más armoniosa.

Aunque Noruega tiene sus particularidades, podemos adoptar algunas de estas prácticas en nuestra vida diaria. Fomentar el tiempo al aire libre, ofrecer más libertad y confianza a los niños, enseñarles que el fracaso es parte del proceso de aprendizaje y seguir principios de respeto y civismo son acciones que, aunque no sean exactamente como en Noruega, pueden ayudarnos a criar hijos más independientes, resilientes y felices. ¡Es más sencillo de lo que parece!