Psicología

La familia política y las vacaciones de verano

Pasar vacaciones con suegros, cuñados y demás familia política puede traer nefastas consecuencias si no hay una buena convivencia

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Con la llegada del verano, la planificación y gestión de las vacaciones pasa inevitablemente por la visita a familiares y amigos. En algunos casos, además, hay que contar con dejar unos días para la visita a la familia política. Esto puede ser una causa de estrés si la relación con la pareja no pasa por el mejor momento, si no hay buena relación con la familia política o la situación personal no es la más idónea.

Con la llegada del verano, la planificación y gestión de las vacaciones pasa inevitablemente por la visita a familiares y amigos. En algunos casos, además, hay que contar con dejar unos días para la visita a la familia política. Esto puede ser una causa de estrés si la relación con la pareja no pasa por el mejor momento, si no hay buena relación con la familia política o la situación personal no es la más idónea. Veamos, con los consejos del equipo psicológico de Grupo Laberinto qué hay que hace:

Es muy importante para que esto no sea así, el saber cómo estoy, el saber cómo es la relación con la familia política y tener una buena comunicación en la pareja. Hay que tener en cuenta que todo lo que nos pueda suponer el pasar unos días con nuestra familia política a la pareja también le pasará a la inversa.

Si las relaciones con las respectivas familias son adecuadas esto no tiene porque suponer ningún problema, incluso en ocasiones puede ser una ventaja para la planificación y organización. En cualquiera de los casos tenemos que tener en cuenta que esto forma parte de la vida en pareja, que es parte de la realidad que toca vivir.

Para hacer más llevadera estas situaciones es muy importante fijarnos en algunos aspectos a tener en cuenta:

Nuestra actitud es lo más importante. Si pensamos que el momento no es adecuado, que la situación no es natural o que no me apetece, es probable que los ambientes que se generen no sean del todo adecuados. Además, entraremos en una espiral relacional bastante nociva en general para todo el mundo. Cualquier situación puede ser incómoda, mi estado anímico generará potenciar determinadas diferencias o por el contrario poder apaciguar determinadas situaciones.

Control del tiempo y el espacio. El que pasemos algunos días con nuestra familia política, no significa que debamos estar y pasar todo el tiempo juntos. En este sentido es muy importante, generar actividades que nos sirvan para ventilar emocionalmente. Escaparse con la pareja para hacer actividades que os gusten, planificar rutinas donde se pueda estar sin la presencia continua de la familia política, o hacer actividades individuales como deporte, ocio, etc. puede ser la clave para que nos sintamos mejor y tengamos más herramientas de afrontamiento.

La mentalización como base del bienestar. Tenemos que pensar que nuestra forma de ver el mundo no siempre es la correcta. El ponerme siempre en un plano emocional negativo, pensando que la vida es injusta o que no debería estar ahí, quizás no es la mejor manera de afrontar unos días de descanso. La situación puede ser igual para todo el mundo, es decir, tenemos que ser sensibles a cómo está la pareja en esta situación y cómo está la familia política y qué supone para todo el mundo este encuentro. Es decir, tenemos que hacer un ejercicio constante de tener todas “las mentes en mente” y poder contener no sólo los estados mentales negativos, sino también los que puedan tener los otros integrantes del encuentro (familia política, pareja, hijos...). Para poder realizar esta acción hay que estar en cierta calma mental, solo así se podrá ser sensible a todas las demás subjetividades y poder afrontarlas de la mejor manera.

Aquí y ahora. Determinadas actitudes o formas de estar, puede hacer que nos perdamos lo verdaderamente esencial de estar en algún lugar diferente al de mi rutina diaria, no poder disfrutar de un nuevo paisaje, de un baño en el mar o de largo paseo por el monte. Es muy importante hacer un ejercicio de presencia, conectarse al momento y lugar, disfrutar de lo que el escenario vacacional puede ofrecernos...

Planificación. No obstante, es importante que si a pesar de todo esto, las situaciones son estresantes y tienden a la insostenibilidad y la desregulación emocional, sería conveniente reducir el tiempo de estancia, así como integrar esto dentro de unas vacaciones más prolongadas, donde exista también un descanso, no sólo de las rutinas del trabajo sino también de las responsabilidades que impone la familia. Integrar la estancia con las familias dentro de una programación más extensa puede ayudar a no estar tan tensos en determinados momentos.