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Embarazo

La importancia de tomar magnesio y zinc en el embarazo

Su ingesta reduce considerablemente las molestias asociadas al embarazo

La importancia de tomar magnesio y zinc en el embarazo larazon

Para cumplir con las funciones normales en salud de una persona el cuerpo necesita vitaminas y minerales, además de enzimas y otras sustancias. Desde que la mujer se queda embarazada aumentan las necesidades de algunas de éstas. En especial hay dos minerales que si no cumplen sus requerimientos diarios, ocasionan dolencias y trastornos como la posible rotura de las membranas uterinas, también llamado saco amniótico

Para cumplir con las funciones normales en salud de una persona el cuerpo necesita vitaminas y minerales, además de enzimas y otras sustancias. Desde que la mujer se queda embarazada aumentan las necesidades de algunas de éstas. En especial hay dos minerales que si no cumplen sus requerimientos diarios, ocasionan dolencias y trastornos como la posible rotura de las membranas uterinas, también llamado saco amniótico. Cristina Núñez, directora del centro de preparación al parto, Más Natural, nos da las claves.

Uno de los minerales “estrella” cuyas necesidades en el embarazo claramente aumentan es el magnesio. Este mineral está presente en muchos alimentos, sobre todo en verduras de hoja verde pero, a raíz de la Revolución Industrial, en que los abonos orgánicos fueron sustituidos por químicos, disminuyó su presencia en las plantas porque sus raíces están preparadas para la absorción de lo orgánico y no de lo químico. Por lo tanto, lo que hoy encontramos en estas verduras es un nivel bajo de estos minerales, entre ellos el magnesio y el zinc, ambos minerales cuyo requerimiento en el embarazo aumentan considerablemente.

Entre las dolencias típicas de la falta de magnesio podemos encontrar; estreñimiento, dolor lumbar, dolor ciático, calambres en las extremidades, astenia, nerviosismo, insomnio, náuseas y/o vómitos que van más allá del tercer mes gestacional, que el bebé se mueva mucho y contracciones ante parto que no corresponden a las típicas de Braxton-Hicks.

Si observamos nos daremos cuenta que son las típicas dolencias que en nuestra sociedad presentan la mayor parte de las embarazadas y que se da por hecho que es por su estado pero que, curiosamente aportando magnesio todos estos síntomas se reducen de manera considerable e incluso desaparecen en la mayor parte de los casos.

En cuanto al zinc, es un mineral que incide en la enzima responsable de la producción de tejidos como pelo-piel-uñas. El saco amniótico es un tejido que en su comienzo es pequeño pero ha de ir aumentando en tamaño y en consistencia conforme avanza el embarazo para albergar un bebé cada vez más grande y fuerte que, por tanto, dará patadas con mayor intensidad.

Es por esto que debemos cumplir con los requerimientos diarios aumentados en esta etapa gestacional. Si no lo hacemos podría suceder que esta bolsa no tenga la consistencia adecuada aumentando el riesgo de la rotura prematura de las membranas, que es aquella que se produce previa a las contracciones resultantes del parto. Si esto sucede, la indicación clínica es ingreso para valorar una posible inducción del parto.

¿Cómo tomamos, entonces, magnesio y cinc?

Como hemos explicado anteriormente la presencia de magnesio y cinc está bastante menguada en la actualidad en los alimentos de consumo diario y además la capacidad de absorción intestinal varía de unas personas, por lo tanto es recomendable aportarlo al margen de estos. ¿Cómo? Con la ingesta de oligoelementos, cuyo mayor beneficio es que aunque sólo contienen trazas de estos minerales, con lo cual nunca darían pie a intoxicación por exceso, su absorción al ser sublingual supone una buena alternativa pues es generalmente muy alta en todos los individuos, excepto en personas que fumen mucho.

¿Cómo tomamos los oligoelementos?

Su toma está recomendada preferiblemente en ayunas y dejando la ampolla debajo de la lengua 1 minuto antes de tragarla, para así favorecer su buena absorción. Durante el embarazo es perfecto tomarla antes de desayuno, comida y cena. También durante la lactancia es muy recomendable, ya que aunque las necesidades de Zn se reducen por no existir ya saco amniótico, las de Mg permanecen tan altas como durante la gestación y cuando falta podemos encontrar bebés con lactancia materna exclusiva que se estriñen por ejemplo. También puérperas con estreñimiento, exceso de nerviosismo o dificultades para dormir bien.

Si estás embarazada pregúntale a tu obstreta o matrona cómo debes tomar estos dos minerales.