¿Le regalo un móvil a mi hijo (pre) adolescente sí o no?

Los millenial son tecnológicos. Es una realidad que no va a cesar, además. Por lo tanto los padres hemos de tirar de el famoso refrán: en lugar de luchar contra el enemigo, únete a él.

Los millenial son tecnológicos. Es una realidad que no va a cesar, además. Por lo tanto los padres hemos de tirar de el famoso refrán: en lugar de luchar contra el enemigo, únete a él. Nuestros hijos han nacido con “la tablet o el móvil en la mano” y debemos asumirlo. Las nuevas tecnologías, usadas con cabeza y sentido común, pueden ser nuestras grandes aliadas y servirnos de gran ayuda. Pero, ¿cuándo comenzar a tener móvil o tableta? Ahí aparece el primer problema ya que suelen desearlo cada vez antes. Dejan de desear juguetes y en su lista de regalos se cuelan las nuevas tecnologías. Es normal que a partir de esa edad no se resistan a pedir una tableta o un teléfono móvil, ¿qué podemos hacer en estos casos?

La mayoría de expertos recomiendan que los niños no tengan móvil propio antes de los 12 años, pero tampoco se puede cerrar las puertas a la utilidad que conlleva el uso de los dispositivos electrónicos. Así que ante la posibilidad de ceder a sus deseos y regalar un teléfono o una tableta como regalo lo primero es definir cuáles serán sus normas de uso.

Àngels Ponce, experta en coaching familiar, nos propone algunos consejos que no debemos dejar escapar para que los menores hagan un buen uso de las nuevas tecnologías, siempre de bajo la supervisión de sus padres :

● Sin secretos: la contraseña será compartida y revisaremos el móvil periódicamente.

● Control: se deben establecer el contenido que se descargan y un control en en el consumo de datos y el tiempo de uso.

● Horarios: Establecer límite temporal para saber a hora se apaga el móvil, dónde se deja en casa o cuándo se puede volver a recoger y encender, tanto en los días laborables como festivos.

● En la Escuela: determinar si se puede llevar al colegio y las excepciones en este ámbito.

● Gastos: ¿quién correrá con los gastos si se pierde o se estropea?

● Whatsapp: explicar cómo comunicarse, qué lenguaje usar y qué se puede compartir a través de los grupos o chats.

● RRSS: establecer normas de uso.

● Imágenes: respetar la intimidad de uno mismo y de los demás.

● Dar prioridad a lo importante: la vida pasa fuera del teléfono: las relaciones reales siempre son mejores que las virtuales.

Ponce aconseja: “no nos engañemos: cuando a nuestro hijo le regalamos un móvil es como si nosotros tuviéramos uno más, no les podemos abandonar a la experiencia: tenemos que regular su uso, hablar y supervisar. Pero sobre todo, tenemos que darles ejemplo: si a ellos no les permitimos tener el teléfono mientras están en la mesa, nosotros tampoco podemos hacerlo.”

No se trata de invadir la privacidad sin control ni permiso, sino de partir de la base de la negociación desde el primer momento, dejándoles claro cuáles son las reglas del juego y que vean que los padres están a su lado.