
Crianza
Primeros pasos del bebé: guía para elegir el calzado ideal cuando empieza a caminar
Esto es todo lo que debes saber antes de comprar los primeros zapatos de tu hijo

Uno de los momentos más emocionantes para cualquier familia es ver a su bebé dar sus primeros pasos. Este avance no solo simboliza autonomía y desarrollo motor, sino que también marca una etapa clave en el crecimiento del niño. Sin embargo, surge una duda muy frecuente entre padres y madres: ¿qué zapatos son los más adecuados para un bebé que empieza a andar?
El pie del bebé en desarrollo: por qué importa elegir bien
Los pies de los bebés no son una versión pequeña de los pies adultos, sino estructuras en plena formación. Al nacer están compuestos principalmente por cartílago y, con el paso de los años, van osificándose hasta alcanzar los 26 huesos definitivos en la adolescencia.
Esto significa que el pie es flexible, sensible y muy adaptable, por lo que el calzado debe respetar su forma natural y permitir libertad de movimiento.
Cómo debe ser el zapato para bebés que empiezan a caminar
Según expertos en calzado infantil, los zapatos para primeros pasos deben cumplir con estas características:
Suela fina y flexible (2-5 mm): permite sentir el suelo y moverse con naturalidad.
Material transpirable y suave: piel blanda o tejidos ligeros que se adapten al pie.
Cierre seguro y fácil de usar: velcro o goma elástica para evitar que se descalce.
Puntera ancha: respeta la forma de los dedos y permite que se abran libremente.
Peso ultraligero: no debe entorpecer la exploración ni el equilibrio del niño.
En casa o en superficies seguras, lo ideal es que el bebé esté descalzo o con calcetines antideslizantes. El zapato debe usarse únicamente como protección en exteriores o en terrenos fríos, ásperos o calientes.
Elegir la talla correcta: pasos a seguir
Uno de los errores más comunes es comprar zapatos más grandes “para que duren más”. Esto afecta al desarrollo de la marcha y puede provocar tropiezos o ampollas.
Para acertar con la talla, se recomienda:
Medir la longitud del pie: con el niño de pie, marcar talón y dedo más largo sobre un papel y medir.
Medir el ancho: marcar los puntos más sobresalientes del pie y calcular la distancia.
Consultar la guía del fabricante: cada marca incluye márgenes de seguridad, por lo que no es necesario añadir centímetros extra.
Revisa la talla cada 6–8 semanas, ya que en esta etapa los pies crecen muy rápido.
Señales de que el zapato ya no le queda bien
El niño intenta quitárselo o se queja al usarlo.
Aparecen rojeces o marcas en la piel.
La puntera se ve deformada o desgastada.
No queda espacio libre entre el dedo más largo y la punta (debe haber mínimo 0,5 cm).
¿Por qué los bebés se quitan los zapatos?
Los pies son una zona muy sensible y el primer contacto del bebé con el entorno. Cuando llevan calzado rígido, pierden esa conexión con el suelo. En cambio, un zapato respetuoso permite sentir más, por lo que es normal que intenten explorarlo e incluso quitárselo.
A la hora de elegir los primeros zapatos de tu bebé, recuerda que deben ser ligeros, flexibles y adaptarse al pie en desarrollo. Evita tallas grandes y prioriza siempre el confort y la libertad de movimiento. Así acompañarás a tu hijo en esta etapa tan especial de forma segura y saludable.
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