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¿Qué aspectos debes saber a la hora de elegir un buen colchón para tu bebé?

Ni todos los colchones son iguales ni las necesidades de los bebés son las de los adultos.

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El sueño del bebé, junto a la alimentación, es una de las máximas preocupaciones de los padres.

Con la llegada de un nuevo miembro a la familia, comienza la preocupación de los padres por proporcionar lo mejor al futuro bebé. Desde asuntos de intendencia diaria como preparar la casa, la habitación o la decoración, hasta comprar accesorios para darles seguridad y la máxima comodidad a las máximas preocupaciones sobre cómo educarlo y darle siempre lo mejor de uno mismo.

Una de las máximas preocupaciones de los padres cuando nace un bebé es cómo duerme. El dormir y el comer son, sin duda, las dos máximas preocupaciones. De hecho amplia es la literatura sobre este tema tan importante como es el descanso. Lo cierto es que dormir es un hecho biológico para el que venimos diseñados desde que nacemos y que en los bebés tiene unas características muy especiales. Básicamente por dos razones: una, el bebé se despertará cada cierto tiempo para comer y dos, el bebé, por pura supervivencia, permanecerá en la fase de sueño alerta a no estar separado de su madre (o figura de apego).

De todas las variantes a la hora de facilitar el sueño de un bebé, una de ellas es, lógicamente, un buen colchón. Tediber, empresa dedicada a colchones, nos aporta una pequeña guía para poder entender las características especiales de cada colchón.

Los bebés tienen necesidades muy específicas y deben dormir sobre un colchón que se adapte a su morfología. Un colchón de 60 x 120 cm será perfecto para un bebé de 0 a 5 años. El colchón de 70 x 140 cm es más grande y se adapta a los niños de 0 a 7 años. La mayoría de las cunas adaptadas a estos colchones son evolutivas. Podrás retirar al principio dos o tres barreras para que el niño pueda bajar de la cama de manera autónoma y luego retirar los laterales de la cuna y así tendrá una cama de mayor.

También, debemos tener en cuenta el grosor del mismo que se sitúa entre 12 y 18 cm. No tiene sentido que el grosor sea mayor ya que el peso de un niño es ligero y, por lo tanto, es mucho mejor optar por un colchón con materiales de calidad y un grosor medio antes que por uno muy alto. Más grosor no significa mejor calidad, ni mejor descanso.

Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un buen colchón para bebés es la densidad. La densidad de un colchón se mide en kg/m³ y corresponde a su firmeza. Un bebé necesita un colchón bastante firme ya que tiene que sostener su cuerpo al mismo tiempo tiene que poder garantizarle un buen crecimiento. Para estar seguros de que el colchón le podrá acompañar a lo largo de su desarrollo, opta por uno cuya densidad esté entre 20 y 22 kg/m³. Un colchón con una densidad inferior a 20 kg/m³ resultará demasiado blando y en el caso de que la densidad sea superior a 22 kg/m³, demasiado duro.

Opta por las espumas naturales. A continuación, encontrarás los 4 tipos de espumas que se utilizan con más frecuencia:

La espuma de alta resiliencia: es una espuma de gran calidad que permite un buen confort y una buena firmeza. Gracias a la espuma de alta resiliencia, el colchón es ligero y ofrece una buena calidad relación/precio.

Látex: los colchones para bebés en látex son apreciados por su gran comodidad, su flexibilidad y porque son anti-ácaros. Además, su durabilidad es mayor que la de los colchones de espumas, pero suelen ser algo más caros.

Espuma de poliuretano: esta espuma crea zonas de confort adaptadas a los puntos de presión del cuerpo.

Fibra de coco: es un material ecológico que deja circular el aire, lo que impide la aparición de humedad y por lo tanto la aparición de bacterias y ácaros.

Hay que tener en cuenta, que la espuma viscoelástica no es recomendable para los niños. Un niño en pleno crecimiento debe descansar sobre un colchón más firme y este material resulta demasiado blando para acompañarlo durante su desarrollo. Además, si queremos proporcionar lo mejor a los más pequeños, también tenemos que tener en cuenta las certificaciones y sellos que aportan garantías suplementarias de calidad. Así que, si la funda y el colchón de vuestro hijo tienen los certificados Okeo Tex o Certipur, no hay que preocuparse. Son los sellos internacionales líderes en certificación de componentes textiles. Estos sellos garantizan la ausencia de sustancias nocivas que puedan representar un riesgo para la salud de tus hijos, por lo que, el colchón que ha sido fabricado a partir de materiales no nocivos, antialérgicos, hipoalergénicos, sin disolventes y con un bajo impacto medioambiental, resultará ideal para ellos. También hay que tener en cuenta la funda que lo recubre, que puede contar también con el certificado Allergostop lo que garantiza su eficacia al 99,9% contra los alérgenos y ácaros.