Crianza

Las tres preguntas que nunca deberías hacer a un niño, según una psicopedagoga

La psicopedagoga Elena Roca ofrece en sus redes sociales alternativas más respetuosas para comunicarse con ellos

La psicopedagoga Elena Roca en su vídeo de Tiktok
La psicopedagoga Elena Roca en su vídeo de TiktokTiktok

La psicopedagoga Elena Roca ha llamado la atención en redes sociales sobre un tema clave en la crianza: cómo afectan ciertas preguntas comunes al desarrollo emocional de los niños. En su reflexión, advierte que algunas conversaciones cotidianas, aunque bienintencionadas, pueden generar culpa, presión o confusión en los más pequeños.

Según Roca, es fundamental que padres, madres, docentes y cuidadores revisen la manera en que se dirigen a los menores, ya que el lenguaje adulto tiene un impacto directo en su autoestima y bienestar emocional.

1. ¿A quién quieres más, a mamá o a papá?

Esta pregunta, aparentemente inofensiva, obliga al niño a elegir entre dos figuras de apego fundamentales, algo que puede provocar sentimientos de culpa y desconcierto.

Elena Roca subraya que el afecto infantil no se reparte en porcentajes ni necesita jerarquías. En lugar de dividir el vínculo emocional, recomienda fomentar una relación segura y equilibrada con ambos progenitores, basada en la confianza y el apoyo mutuo.

2. ¿Tienes novio o novia?

Roca advierte que esta pregunta introduce conceptos afectivos y románticos que no corresponden a la etapa evolutiva infantil. A esa edad, las relaciones giran en torno a la amistad, el juego y la familia, no al amor de pareja.

Forzar esa perspectiva puede limitar la espontaneidad y condicionar la manera en que los niños se relacionan, además de imponer expectativas ajenas a su desarrollo natural.

3. ¿Qué quieres ser de mayor?

Aunque se utiliza con frecuencia para motivar, esta pregunta puede generar ansiedad e inseguridad, especialmente cuando se plantea como una exigencia o un plan de vida definitivo.

Roca recuerda que incluso los adultos cambian de rumbo profesional con el tiempo, por lo que exigir un objetivo claro a un niño limita su libertad de imaginar, explorar e ir construyendo su identidad.

Como alternativa, propone preguntas como: “¿Qué te gusta hacer hoy?” o “¿Qué cosas te interesan?”, que fomentan la curiosidad sin presionar con decisiones futuras.

Pensar antes de preguntar: el consejo clave

Elena Roca invita a todos los adultos a observar, escuchar y medir el impacto de cada palabra cuando se dirigen a un niño. No se trata de censurar el lenguaje, sino de adaptarlo a las verdaderas necesidades emocionales y cognitivas de la infancia.

Su mensaje es claro: cuidar las preguntas es una forma de cuidar el desarrollo emocional de los niños. Y a veces, el silencio o la escucha atenta pueden ser más valiosos que cualquier interrogante.