Arte
Así es la enigmática cripta de la Catedral de Santiago que ya puede volver a visitarse
Concebida como representación del mundo terrenal, se encuadra en el Pórtico de la Gloria, inicio del viaje iconográfico del Maestro Mateo
Como si emergiera de las entrañas del tiempo, la cripta del Pórtico de la Gloria vuelve a abrir sus puertas al público, devolviendo a la Catedral de Santiago una de sus estancias más enigmáticas y reveladoras.
Escondida bajo los pies de millones de peregrinos que, a lo largo de los siglos, han cruzado el umbral occidental del templo compostelano, esta cripta vuelve ahora a formar parte del recorrido museístico, permitiendo a los visitantes adentrarse en el punto de partida del relato teológico y artístico que el Maestro Mateo esculpió en piedra hace más de ocho siglos.
La reapertura, que acaba de ser anunciada por la Catedral de Santiago, coincide con una efeméride singular: el 1 de abril, día en que, según reza la inscripción original, fueron colocados los dinteles del Pórtico de la Gloria en el año 1188. La fecha no es casual. Marca un hito dentro de la monumental obra que Mateo y su equipo desarrollaron entre 1168 y 1211, cerrando la catedral por su extremo occidental y dotándola de una narrativa visual sin precedentes en el arte medieval europeo.
La cripta no es un añadido arquitectónico, sino el fundamento simbólico y físico del conjunto. Concebida para salvar el desnivel del terreno, sirvió como base estructural para el monumental pórtico y representa el mundo terrenal dentro del programa iconográfico ideado por Mateo.
En sus bóvedas, los astros iluminan este plano inferior, en contraste con la clave de la tribuna, donde la luz proviene del Cordero, símbolo de la Jerusalén celestial. Así arranca el relato salvífico que culmina en la gloria divina, y que ahora los visitantes podrán experimentar desde su inicio original.
Un mensaje vertical
El recorrido permite apreciar cómo el mensaje se despliega verticalmente: desde la cripta hasta el pórtico mismo, con su Cristo en Majestad rodeado de evangelistas y ángeles, pasando por escenas como el Juicio Final, el descenso al limbo o la representación del Pueblo de Israel, todo esculpido con una intensidad expresiva inédita en su época.
La incorporación de rostros individualizados, gestos humanos y una composición escénica que sugiere movimiento y complicidad entre figuras, consolidan al Maestro Mateo como una figura clave en la historia del arte.
Su firma artística se extiende también al coro pétreo que ocupó los primeros tramos de la nave central, hoy desaparecido igual que el pórtico exterior que completaba el conjunto, y a la escultura de Santiago en el altar mayor. Incluso se habría retratado a sí mismo en una figura sedente a los pies del pórtico, conocida popularmente como el “Santo dos Croques”, en un gesto de humildad extraordinario para su tiempo.
Tras una profunda restauración realizada entre 2008 y 2018, gracias al mecenazgo de la Fundación Barrié, el Pórtico de la Gloria recuperó parte de su esplendor original, incluyendo restos de hasta tres capas de policromía superpuestas.
El proceso incluyó un riguroso estudio del estado de conservación, la eliminación de humedad y condensación, y la recuperación visual de los colores medievales que aún sobrevivían bajo siglos de polvo.
Debido a su fragilidad, el conjunto requiere un control estricto de las condiciones ambientales y un aforo limitado para garantizar su conservación. En este contexto, la reapertura de la cripta enriquece la experiencia del visitante y permite distribuir mejor el flujo de público, iniciando el recorrido en un espacio que, hasta ahora, permanecía en penumbra.
La cripta del Pórtico de la Gloria ya puede visitarse con cualquier entrada al Museo Catedral de Santiago. Quienes se adentren en sus muros caminarán bajo una gran obra de arte, iniciando un viaje ascendente desde la tierra hasta el cielo, siguiendo los pasos y la visión de un maestro llamado Mateo.