Investigación
Descubren en Galicia un nuevo mecanismo para vencer la resistencia al tratamiento del cáncer
Un equipo internacional liderado desde la Universidad de Vigo identifica una proteína clave para frenar el crecimiento tumoral y mejorar la eficacia de las terapias oncológicas
Un importante avance científico impulsado desde Galicia podría mejorar el tratamiento de algunos de los tipos de cáncer más agresivos. Para ello, un equipo internacional, coordinado por la investigadora María Mayán desde el grupo CellCOM del CINBIO (Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina) de la Universidad de Vigo, ha descubierto cómo hacer que las células cancerosas sean más sensibles a los tratamientos y menos capaces de desarrollar resistencia a los fármacos.
Este trabajo, que se acaba de publicar en la prestigiosa revista Nature Communications, ha identificado a una proteína llamada conexina 43 como una pieza clave en esta lucha. Según los investigadores, dicha proteína puede frenar la capacidad que tienen las células tumorales de reparar su propio ADN, lo que las hace más vulnerables y permite que los tratamientos sean más efectivos.
Más de siete años de trabajo
El descubrimiento es fruto de más de siete años de investigación y colaboración entre una veintena de centros científicos de España y Europa. El proyecto recibió apoyo del programa europeo Horizon 2020, además de financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y de la Xunta de Galicia.
Hasta ahora, muchos tratamientos contra el cáncer, como los inhibidores BRAF/MEK, se han dirigido a ciertas mutaciones muy concretas que hacen que las células tumorales se multipliquen sin control. Es el caso de la mutación BRAFV600E, que está presente en más del 60 % de los casos de melanoma, pero también en otros tumores como los de colon, pulmón o mama.
Aunque existen fármacos específicos contra estas mutaciones, muchos pacientes no responden bien y, cuando lo hacen, suelen acabar desarrollando resistencia, lo que limita su eficacia a largo plazo.
Atacar donde más duele
Aquí es donde entra en juego la conexina 43. El equipo de María Mayán descubrió que esta proteína puede interrumpir el proceso que utilizan las células cancerosas para reparar el daño en su ADN. Cuando esta capacidad se bloquea, las células no pueden seguir multiplicándose o directamente mueren.
Además, si se combina el uso de la conexina 43 con medicamentos que dañan el ADN de las células tumorales, como los inhibidores BRAF/MEK, el efecto es aún mayor. Esta combinación provoca lo que se conoce como “letalidad sintética”, una especie de ataque doble que impide a las células defenderse.
“Es como poner un obstáculo justo en el lugar donde las células se sienten más fuertes. Las obligamos a usar caminos alternativos para reparar su ADN, pero esos caminos son mucho menos eficaces, y eso las debilita hasta el punto de que no pueden seguir viviendo”, explica María Mayán.
Un caballo de Troya
A partir de este hallazgo, el equipo gallego ha desarrollado y patentado una innovadora estrategia para introducir la conexina 43 en las células tumorales. Utilizan unas pequeñas partículas llamadas nanovesículas, que las células generan de forma natural, modificadas para que funcionen como “caballos de Troya”, llevando dentro la proteína y su ARN mensajero.
De momento, esta terapia ha funcionado como prueba de concepto en modelos preclínicos. Ahora el equipo busca apoyo para poder avanzar hacia su aplicación en pacientes reales en un futuro. Según explica la investigadora, esta estrategia podría aplicarse no solo en melanoma, sino también en otros tumores con mutaciones similares, como los de colon, pulmón o mama.