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Gastronomía

Estos son los tres postres que más endulzan el Carnaval gallego

Tres delicias con historia que enriquecen una de las fiestas más esperadas del año

Estos son los tres postres que más endulzan el Carnaval gallego Bon Viveur

Hablar de Carnaval en Galicia es hablar de disfraces, comparsas, máscaras y, por supuesto, de buena mesa. En esta tierra, donde la gastronomía es pasión, el Entroido no se entiende sin sus postres tradicionales, auténticos emblemas de estas fiestas que ponen el broche de oro a copiosas comidas y cenas entre familia y amigos. Entre todos ellos, tres destacan como los reyes indiscutibles de la repostería carnavalesca: las filloas, las orejas y la bica.

Un bocado crujiente con significado

Las orejas o orellas son uno de los dulces más icónicos del Carnaval gallego. Su nombre no es casual: su forma irregular recuerda a una oreja de cerdo, un guiño a la matanza invernal, una tradición muy arraigada en Galicia. De hecho, el origen de este postre está estrechamente ligado a las festividades previas a la Cuaresma, cuando se despedía la carne y se aprovechaban sus derivados de manera simbólica.

Elaboradas con una masa sencilla a base de harina, huevos, mantequilla, leche y un toque de anís, las orejas se fríen hasta alcanzar una textura crujiente y dorada. Para rematar, se espolvorean con azúcar y, en algunos casos, con un leve toque de canela. Ya sea caseras o compradas en las panaderías y pastelerías gallegas, son una tentación irresistible en estas fechas.

Orejas de CarnavalCortapisos y Sacalenguas

El postre más versátil del Carnaval

Si hay un dulce con profundas raíces en Galicia, ese es la filloa. Su origen se remonta a tiempos precristianos y su nombre podría derivar del griego phyllon, que significa "lámina", lo que explicaría su parecido con las crêpes francesas. Sin embargo, la filloa es única en su esencia y su elaboración varía según la zona.

Antiguamente, las filloas se hacían con sangre de cerdo, dando lugar a las "filloas de sangre", una receta que aún se mantiene en algunas localidades. Hoy en día, su versión más popular se elabora con harina, leche, agua, huevos y un pellizco de sal. Cocinadas en una plancha bien caliente, con un poco de grasa de tocino o aceite, pueden disfrutarse solas o rellenas de miel, crema, chocolate o incluso ingredientes salados.

El bizcocho más exclusivo del Entroido

El tercer gran protagonista del Entroido gallego es la bica, un bizcocho denso y esponjoso que tiene múltiples versiones según la comarca. La más famosa durante estas fechas es la bica blanca de Laza, un postre que debe su nombre a su color claro, ya que en su elaboración solo se utilizan claras de huevo y nata, lo que le da una textura delicada y un sabor inconfundible.

Si bien en la provincia de Ourense también son célebres la bica de Castro Caldelas y la de Trives, más compactas y con un toque de manteca, la de Laza se lleva el protagonismo en Carnaval. Se puede preparar de forma tradicional y el resultado será un bocado dulce y jugoso, perfecto para acompañar con licor café o queimada en las largas noches de fiesta.

Imagen de una bicaBon Viveur

Dulces que son patrimonio cultural

Más allá de su sabor, estos postres forman parte del alma del Carnaval gallego. Son testigos de la historia y de la evolución de una fiesta que, pese al paso del tiempo, sigue manteniendo su esencia irreverente y festiva. Ya sea en una casa particular, en una panadería de pueblo o en una gran fiesta de Entroido, las filloas, las orejas y la bica son el toque dulce imprescindible para celebrar el Carnaval como se merece: con alegría, tradición y, sobre todo, mucho sabor.