Retorno

Morriña de Galicia desde el Capitolio

El programa de apoyo al retorno emprendedor promueve el retorno de gallegos en la diáspora, impulsando más de 700 iniciativas empresariales

Fran Castro, en el Capitolio.
Fran Castro, en el Capitolio. larazon

La historia de la emigración está cargada de recuerdos en blanco y negro, de viajes de otra época, de otros tiempos, casi de otra vida. Relatos de muelles repletos de grises oscuros y claros que dibujaban maletas enormes henchidas de morriña, de añoranza, de relatos para no volver. Hoy no. Hoy la vida es diferente, y a través del azul profundo, casi negro, del Atlántico, se entrecruzan historias que vienen y van, trayectos cargados de retorno, un retorno a Galicia que ha alcanzado el último año las mejores cifras de su historia: casi 8.000 gallegos han vuelto a casa desde sus países de residencia habitual.

El trayecto lo conoce bien Francisco Castro Freijo. Gallego universal, como otros, como tantos, capaz de unir el Capitolio con Galicia, Estados Unidos con su taller en Poio (Pontevedra) -"Fran Castro Escultor"- donde esculpe figuras imposibles, convirtiendo puñados de piedra en arte, alojando un pedacito de alma en cada esquina cincelada, en cada detalle por pulir.

Francisco Castro en su taller.
Francisco Castro en su taller. larazon

Pero para llegar aquí, o mejor dicho para volver aquí, el camino ha sido largo. Una ruta marcada por su trabajo de escultor: “Me ofrecieron ir a trabajar allí”. ¿A dónde? A Estados Unidos, a Washington, al Capitolio.

Francisco acepta y se suma a la restauración del edificio más emblemático de Estados Unidos, ese que alberga las dos cámaras del Congreso, y que tiempo después sería noticia por otros motivos bien distintos. “Me parecía surrealista”, rememora Francisco al valorar el asalto al Capitolio de enero de 2021.

Un asalto que no deja de sorprenderle en la memoria, esa que guarda un lugar común para los controles diarios a los que era sometido: “Estuve tres años y medio trabajando allí y tenía controles a diario en los que examinaban todo lo que llevabas. Era una especie de fortaleza”, rememora.

Morriña y Covid

Aunque las fortalezas también sufren asaltos imprevistos, enemigos que aparecen sin que nadie se lo espere, como la morriña o el Covid, dos de los protagonistas de esta historia. La primera, tiene nombre de mujer, de familia, y de futuro. La segunda, simplemente, de pandemia.

Porque cuando Francisco hace las Américas, su mujer, Lucía, está embarazada. Hablamos de 2017 y el pequeño Pedro nace lejos de su padre, como entonces, como ahora. Un punto más de conexión con esa diáspora gallega universal que ahora se escribe con más optimismo y con ritmo de retorno, aunque no siempre fue así.

Así que cuando nació Pedro, Francisco se pudo volver un mes. Pero el trabajo manda y pronto hubo de volver: el Cementerio Nacional de Arlington o el museo botánico son algunos de los lugares que alternaba con los periódicos regresos a Galicia, para ver a su familia y a sus hijos -Laura tenía 7 años cuando Pedro nació-, para matar a golpes la morriña: “Cada tres meses me volvía uno”. Hasta que el Covid lo cambió todo.

Dando forma a una de las piezas.
Dando forma a una de las piezas. larazon

“La pandemia me obligó a permanecer nueve meses allá, sin poder volver ni ver a mi familia”, relata del tirón, huyendo de la incertidumbre ya vivida, del desconocimiento ya pasada, de la ignorancia superada. “Vine en 2020; y después de que me cancelaran cinco vuelos volver y poder ver a la familia, me di cuenta de que había llegado el momento de no volver”, detalla Francisco.

Retorno emprendedor

Un momento para el que ha contado con el apoyo del programa de retorno emprendedor que cada año promueve la Xunta de Galicia a través de la Secretaría Xeral de Emigración. Una iniciativa puede disfrutar de apoyos de hasta 10.000 euros para impulsar su negocio.

Estas ayudas se dirigen a aquellos gallegos que deciden volver a Galicia, y tienen por meta ayudarles a sufragar los gastos derivados de la puesta en marcha que toda actividad empresarial tiene aparejados. No es la primera vez que la Secretaría Xeral de Emigración pone en marcha este programa, que en los últimos años ha impulsado hasta 700 proyectos empresariales en Galicia.

Uno de ellos, el de Francisco, que ha vuelto a casa para seguir cincelando, golpe a golpe, su vida, pero ya cerca de los suyos, de su familia, de su tierra. Un lugar desde el que recuerda ese trayecto de ida y vuelta, un relato que se suma al de esa galleguidad que recorre el mundo en trayectos de ida y vuelta. Ahora, más de vuelta, de retorno. Pero trayectos, al fin y al cabo. Historias que son parte esencial de la propia historia de Galicia.