Historia
Este famoso pastel japonés tiene su origen en el reino español de Castilla
Más allá de la presencia política o idiomática, el Imperio Español también estuvo presente de manera gastronómica en países insospechados
El Imperio Español vivió su edad dorada entre los siglos XVI y XVII, de la mano del reinado de la casa de Austria y con un territorio amplio de ultramar que contaba desde los territorios en el continente americano e islas en el Pacífico, como fue el caso de Guam, pero las miras de la corona hispánica no se quedaron en el Atlántico.
Bajo el reinado Felipe II y con el consejo de Juan de la Isla y el jesuita Alonso Sánchez, se ideó un plan para invadir China, algo impensable a día de hoy, aunque posible antaño. Similar al caso americano, se estudió conseguir el apoyo de diferentes poblaciones vecinas a China, como Japón o Filipinas, estas últimas bajo la corona castellana.
Este fue el ejemplo más ambicioso del reino hispánico sobre sus planes con Asia y, aunque no llegaron a prosperar, la influencia que España y Portugal tuvieron mediante el empleo del comercio o la religión. En el caso de Japón, también de la gastronomía.
En el país nipón, existe un dulce muy popular conocido como castella o kasutera, hecho a partir de ingredientes básicos para la elaboración de cualquier bizcocho como lo son el azúcar, harina, huevos y jarabe de maíz. Es común comerlo en festivales y es una de las especialidades de la prefectura de Nagasaki.
Pan de Castilla
El origen del castella se remonta a los primeros contactos entre los comerciantes portugueses que desembarcaron en Nagasaki o el famoso puerto de Sakai alrededor del siglo XVI, formando estos puntos parte de las rutas comerciales entre Asia y Europa. Además de armamento, como arcabuces, o sedas y porcelana china, los lusos introdujeron el bizcocho conocido como pan de Castilla, que acabaría convirtiéndose, con el paso de los siglos, en el castella moderno.
El motivo detrás de ese nombre es simple, y es debido a la gran ocupación de la corona de Castilla en la Península Ibérica, y ha conseguido ser famoso en japón debido a su miga esponjosa y la cubierta superior tostada, así como por su sabor simple.
La repostería ibérica no solo se limitó a Japón, ya que también acabó adaptándose y creando variantes en más países asiáticos. En Filipinas, por ejemplo, tienen un dulce conocido como la torta mamón, cuyo nombre puede ser una derivación del bollo maimón de Salamanca, Zamora o León.
En otras longitudes más occidentales del globo, como en Europa, el reconocido bizcocho genovés también cogió influencia del pan de Castilla, tanto así que en Francia, Turquía, la propia Italia o Rumanía, también se denominó a esta repostería como pan de España.