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Dan por muertos a Maeve, la nieta de Bobbie Kennedy y su hijo de ocho años.
Sus cuerpos aún no han sido recuperados tras naufragar con su canoa en el mar.
Ya nadie confía en un milagro y tras abandonar la búsqueda de sus cuerpos, se dan por muertos a la nieta del desaparecido senador Robert F. Kennedy, Maeve Kennedy Townsend McKean y su hijo, Gideon, quiénes sufrieran un accidente en canoa en la bahía de Chesapeake el pasado jueves por la tarde.
Ha sido Kathleen Kennedy Townsend, hija de Robert F. Kennedy y madre y abuela de los desaparecidos, quién ha emitido un comunicado en el que hace una semblanza de su hija y su nieto y comunica la triste noticia de que la policía trata de recuperar sus cuerpos en la bahía de Chesapeake en Maryland. La hija de Robert F. Kennedy, vicegobernadora de Maryland desde 1995 hasta el año 2003, ha asegurado que ya no se espera encontrar con vida a su hija y su nieto después de que hayan pasado tres días desde que naufragaran en una canoa.
“Maeve era vívida. Siempre sabías cuando estaba a tu lado. Su sonrisa fuerte, descarada e infecciosa. Hacía todo con todo con plenitud y todo su corazón”-decía Kathleen Kennedy en su comunicado-“Gideon como su madre, era un deportista que amaba el fútbol, el golf y correr. Cuidaba de sus padres de las maneras más extraordinarias. Amaba los acertijos, las matemáticas, el ajedrez y las aventuras”.
Una nueva tragedia en el clan Kennedy que alimenta la leyenda negra de una de las familias más poderosas de Estados Unidos.
Fue David McKean, esposo de la desaparecida, quién dio la alarma al no regresar su esposa tras salir con su hijo de ocho años en una canoa para ir a buscar una pelota que había caído en el agua en la inmediaciones de la casa de su madre en Shady Side, Maryland. Poco después se iniciaban las labores de rescate pero, a pesar, de que la policía localizaba la canoa y uno de los remos no hallaba más rastros de los Keneddy.
En el momento de la desaparición soplaban vientos de hasta 50 kilómetros por hora con olas de casi un metro. Unidades aéreas y marítimas de la Guardia Costera han peinado una área de 6.000 kilómetros cuadrados en su búsqueda.
La desaparición de Kennedy Townsend McKean y su hijo alimentará la leyenda negra de la familia Kennedy. Su abuelo Robert F. Kennedy, al igual que le ocurriera cinco años antes a su hermano John Fitzgerald Kennedy, fue asesinado a balazos hace medio siglo en la noche que celebraba su victoria en las primarias en California del Partido Demócrata para la elección presidencial de 1968.
No eran los únicos que perdían la vida de manera dramática e inesperada. El hermano mayor de ambos, Joseph Kennedy, y su hermana, Kathleen, también fallecieron muy jóvenes. El primero durante la segunda guerra mundial y la segunda en un accidente de avión en Francia unos años después, en 1948.
La segunda generación de la poderosa familia ha tenido que despedir a muchos de sus miembros en diferentes tragedias que han conmocionado al país. En 1984, David Kennedy, un hijo de Robert, murió por sobredosis y en 1997 su hermano Michael, perdía la vida al sufrir un accidente mientras esquiaba. Aunque sin duda, fue la muerte de John Kennedy Jr, hijo del presidente asesinado, su esposa Carolyn y su cuñada murieron al estrellarse una avioneta frente a las costas de Martha’s Vineyard (Massachusetts) en 1999 la que más conmocionó a la sociedad estadounidense de finales de siglo.
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