Gente
El enfado de los expulsados de “Supervivientes”
Alejandro Reyes y Vicky Larraz, en pie de guerra contra la organización del reality
La vuelta a España para los concursante de Supervivientes se complica y encima a su llegada, a parte del impacto de las consecuencias de la crisis del Coronavirus, se encuentran con desplantes por parte de la organización que les ignora y ni tan siquiera repasan su concurso al llegar a plató.
La venezolana se quejaba en sus redes del trato que su hijo, Alejandro Reyes, y otros concursantes del reality como, Vicky Larraz, habían recibido por parte de Telecinco tras su regreso de Honduras después de participar en la edición más dura y extrema de Supervivientes. Cristian, hermano de Sofía Suescun, también aparecía esta semana y corría igual suerte: “llegar a plató sin pena, ni gloria”.
Están son las quejas que Ivonne, la madre de Alejandro Reyes concursante de esta edición, hacía públicamente en sus redes: “Podrían haberles dado un mínimo de reconocimiento por los grandes Supervivientes que han sido. No hubo imágenes, no hubo bienvenidos… ni un saludo”. Y no es la única que se queja también Vicky Larraz que públicamente mantiene las formas pero en privado muestra su malestar.
La ausencia de entrada triunfal y abrazos de familiares es normal por la situación que vivimos pero los expulsados no han terminado de entender por qué no se ha hecho el tradicional repaso de su concurso. Ni un solo video, ni una sola pregunta… ¿Qué ha pasado para ignorarles de esa manera?, ¿Cómo ha sido la vuelta de los ex participantes del realtiy?
Tal y como hemos averiguado, aunque la organización ha velado en todo momento por la seguridad de los famosos que han formado parte de esta edición, su vuelta se ha visto truncada por la crisis del COVID-19. Lo que han hecho es que, en lugar de viajar uno cada semana después de su expulsión, organizaron un regreso a España colectivo, de tres en tres en tres. El motivo: evitar riesgos para todos ellos y también para el equipo que acompaña semanalmente a los concursantes. Es decir, pocos días después de comenzar el confinamiento y antes de que el tráfico aéreo entre países se complicase, la productora les trajo a España.
Según nos cuentan ellos sabían que la situación era muy delicada en nuestro país pero el shock fue tremendo cuando pusieron un pie en Barajas. Una T4 desierta les daba la bienvenida. Tampoco había gente al cruzar la puerta de salidas donde suelen estar esperando reporteros de agencias o programas. El traslado a sus domicilios fue impactante y sin apenas rastro del tráfico. También se les explicó que tenían que guardar las dos semanas de cuarentena y les impidieron publicar cosas en sus redes sociales.
Durante varios días estuvieron encerrados en sus casas y esperando su gran momento, atravesar la puerta grande del plató para un merecido recibimiento que nunca llegó. Y lo peor es que tampoco han hecho exclusivas en revistas. Sus testimonios y sus polémicas se han diluido porque se ha dilatado mucho su reaparición. Es más, el caché de estos trabajos extras habría caído hasta cifras de saldo. Me cuentan que por las entrevistas en exclusiva en las revistas de corazón se están pagando cifras ridículas y que en nada se parecen a las que se manejaban antes del confinamiento. La falta publicidad está tirando los precios.
Sin duda esta está siendo una edición especial y poco se espera que mejoren las cosas para los siguientes expulsados. La vuelta para todos está siendo más dura de lo ellos pensaban.
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