Los Duques de Sussex se blindan, sin éxito, contra los paparazzis

La obsesión de Meghan y Harry por mantener intacta su privacidad y por evitar a los fotógrafos, tras ser descubierto su “escondite” en Los Ángeles, ha llevado a los Sussex a realizar algunas obras en la mansión que Tyler Perry les ha prestado en las colinas de Hollywood.

El magnate de Hollywood Tyler Perry, se ha convertido en el gran protector de la pareja, después de que una amiga en común, la poderosa Oprah Winfrey, le pidiera que ayudara a los Sussex a instalarse en Hollywood. Perry, actor y productor, que posee una fortuna de 550 millones de euros, no dudó en atender la petición de su mentora en Hollywood y madrina de su hijo Aman, poniendo sus enormes recursos al servicio de los Sussex.

Fue él quien puso a disposición del hijo de Lady Di y su esposa, su avión privado valorado en 136 millones de euros para llevarles desde Vancouver a Los Ángeles en secreto. Y tampoco ha dudado en cederles el uso de su impresionante mansión a las afueras de Beverly Hills, dónde hasta hace unos días, Harry y Meghan, habían conseguido mantenerse a salvo de los paparazzis.

Oprah Winfrey se ofreció a ayudar a los Sussex, tras conocer a Harry durante el rodaje de un documental

Situada en Beverly Ridge Estates, se trata de una villa de estilo toscano valorada en 16,6 millones de euros, que ocupa una superficie construida de casi ocho mil metros cuadrados y consta ocho habitaciones y 12 cuartos de baño. La villa se asienta en una finca de 9 hectáreas (90.000 mil metros cuadrados) en lo alto de la una de las colinas desde las que se domina Los Ángeles.

Según algunos medios americanos, Perry les habría prestado la vivienda mientras el magnate se encuentra en Atlanta trabajando en una producción, mientras Harry y Meghan continúan buscando su propia casa en una horquilla de 10 a 20 millones de dólares.

La lujosa mansión es visible desde las colinas colindantes.

La casa se encuentra ubicada en una colina y domina Beverly Hills pero, para disgusto de los Sussex, es perfectamente visible desde las colinas colindantes y está a tiro del objetivo de los paparrazis y curiosos. De hecho,hay varias rutas de senderismo que pasan cerca de la casa, de manera que en caso de encontrarse en el exterior, en la impresionante piscina o jardín, Harry y Meghan podrían ser vistos y fotografiados sin dificultad.

Para tratar de evitarlo, no han dudado en tomar cartas en el asunto y han colocado pantallas opacas en las verjas por todo el perímetro de la propiedad. Pero, aún así, la cuestión les trae de cabeza ya que con teleobjetivos y desde una posición alta, es posible captar imágenes de la pareja o su hijo Archie y sobre todo, controlar sus movimientos, sus salidas y entradas a la vivienda.

Es cuestión de tiempo que los paparazzi que serpentean las colonias de Hollywood consigan cazar a la pareja más mediática y mejor valorada por las revistas del corazón, tomando el sol en su enorme piscina o jugando con el pequeño Archie en el jardín. Los fotógrafos más avispados del planeta, ya toman posiciones, camuflados en el paraje que rodea las mansiones de Hollywood, mientras Meghan y Harry, buscan casa para comenzar su nueva vida en California.