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Los sábados de Lomana: “Pido al señor Iglesias un trabajo mínimo”

“Si van a cobrar del Estado, presten una colaboración social algunas horas al día. Servicios sociales, ayuda para ancianos dependientes, limpieza de medio ambiente...”

Carmen Lomana
Carmen LomanaCarmen LomanaCarmen Lomana

A mí lo que realmente me pide el cuerpo es escribir de todo lo que estamos teniendo que ver y escuchar, que no es política, es sinvergonzonería, descaro, reírse en nuestra cara y en la de todas las personas que han estado muy enfermas o han muerto; muertos que parece que no lo están del todo, que aparecen y desaparecen a conveniencia de los que gobiernan. Mienten sin complejos, cuanto más enfangados están, más arrogantes se vuelven.

Supongo que quizá haya momentos que sientan miedo de todos los fantasmas que les rodean y no tienen suficiente con todos sus guardaespaldas y partidos para defenderse. Se han convertido en la nueva casta, en el nuevo Politburó. Tienen que pertrecharse bien no sea que asalten sus cuarteles de invierno, y como aquí no debe haber suficientes amigos, se echa mano de los de la infancia en el exilio americano. Y para eso, si hay que prevaricar se prevarica, eso que siempre se ha llamado nepotismo, que es utilizar el poder con un trato de favor hacia familiares o amigos otorgándoles cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos. De esta forma el Sr. Pedro Sánchez ha creado para su amigo Íñigo Carnicero una Dirección General con 90.000 euros al año en el Ministerio de transportes como director general de Agenda Urbana. No tengo ni idea de cuál será su cometido ni de qué se trata esta Dirección General, lo único que sé es que se lo ha traído de USA, donde vivía, y lo ha dejado bien colocadito, que para eso están los amigos cuando tienen poder.

Lo que me deja asombrada es cómo traspasan todas las líneas rojas sin el más mínimo pudor. Cuando se siente acorralado por su mala gestión ocultando todos los contagios y muertes que estaban produciéndose durante el mes de febrero para poder celebrar la desgraciada manifestación de feministas, da vivas al 8-M en el Congreso en una huida hacia delante en la cual parecería que está ensalzando orgulloso el momento en que se desató la pandemia causa de la muerte de miles de españoles.

Podría escribir la crónica más larga y triste de mi vida enumerando una a una todas las barbaridades que nos están tocando ver y vivir. Me gustaría pedir al Sr. Iglesias en vez de una renta mínima vital, un trabajo mínimo vital. Si van a cobrar del Estado, presten una colaboración social algunas horas al día. Servicios sociales, ayuda para ancianos dependientes, limpieza de medio ambiente... No es bueno regalar dinero, sino dar trabajo social. Solo deseo y pido un poco de humildad, dignidad, vergüenza para tener algo de sosiego y concordia entre españoles que ya bastante hemos sufrido en este largo y tedioso confinamiento.

Estos días, cuando me siento confundida, indignada y triste pienso en los largos días de verano en nuestra preciosa playa de Celorio (Asturias). Cuando casi de amanecida bajaba a nuestra playa para lo que solo tenía que abrir la puerta del jardín y me bañaba en las heladas y tonificantes aguas del Cantábrico. Después un delicioso desayuno con pan crujiente recién hecho que nos traía el madrugador panadero, me quedaba en el jardín tomando el sol si habíamos tenido la suerte de que saliese, si no, daba lo mismo. ¿Hay algo más agradable que un día norteño nublado con suave temperatura en pleno agosto? Pasear por los mercadillos de Llanes alrededor de la plaza de la Iglesia para después tomar un aperitivo con caña de cerveza, quisquillas, patatas fritas y mejillones en escabeche en el bar del puerto. A Guillermo y a mí nos encantaba cotillear a los veraneantes que pasaban por delante, y entre quisquilla y quisquilla darnos un beso. Lo mejor de la vida siempre son las cosas más sencillas con el amor revoloteando a nuestro alrededor.