Antonio Canales: «Estoy resucitando gloriosamente»

–«Cuatro Lunas». ¿Es luna creciente, menguante...?

–Ahora, media luna. Me siento un joven veterano.

–¿Para qué le gustaría ir a la Luna?

–Para ver desde allí la Tierra. Debe de ser impresionante.

–Dicen que tiene algo de lunático...

–De pequeño me lo llamaban y aún hoy me lo dicen en mi barrio sevillano. Siempre he estado un poco loco. Es necesario para ser artista.

–¿Le crecen los colmillos y el pelo con la luna llena?

–Más que en hombre lobo, me convierto en lobo hombre. Sí, me afecta mucho la luna llena. Me despierta el sexo. Es mi viagra lunera, ja, ja, ja.

–Hoy, para su luna de miel, ¿él o ella?

–Él y ella. Si no, me aburro.

–Dijeron que estaba arruinado.

–Puedo estar apretado, pero arruinado, no. Mantengo mis casas y mi finca. No da mucho, pero la gloria de esos huevos frescos con dos yemas...

–Por cierto, ha perdido 14 kilos.

–Y eso que no puedo estar sin mojar pan. El truco está en no cenar y hacer ejercicio. Y en recuperar la autoestima, que la tenía extraviada.

–¿Diría que le enterraron un poco y resucitó?

–Sí, estoy resucitando gloriosamente. El año pasado hice 103 galas y este año ya llevo 30.

–Ha bailado siete meses fuera de España. ¿Le tratan mejor fuera?

–Fuera me quieren más como artista y me tratan con más respeto.

–¿Aquí le faltan al respeto?

–Si lo hacen, es porque yo me lo he faltado a mí mismo. Aquí me tratan como a una especie de folkórica desmadrada.

–«Cuatro lunas» está inspirada en «Juego y teoría del duende», de Lorca. ¿Qué es el duende?

–Para mí, el duende es el orgasmo de un dios.

–¿Usted es duende o sátiro?

–Un duende satirillo.

–Además del peso, ¿ha perdido algo más por esta crisis?

–La fe en la política, que es la peor de las madrastras.

–Ahí estamos: entre Blancanieves y la Cenicienta...