Si es cierto, como se ha publicado, que su esposo Federico está enamorado de Genoveva Casanova, Mary de Dinamarca sería la "reina del desamor". Perdona las presuntas infidelidades del padre de sus cuatro hijos, pero no olvida. Eso sí, hace de tripas corazón por el bien de la Corona.

Lucía G., una española que reside en el país nórdico y que tiene ciertas amistades dentro de palacio, desvela a LA RAZÓN que "en Dinamarca crece la impresión de que la llegada de Federico al trono es una decisión para enterrar de alguna forma la vida disoluta del nuevo rey. Su estatus actual le impide las escapadas de antes y le exige guardar la compostura y dar ejemplo de discreción y de una vida familiar exenta de escándalos".

Como ya hemos publicado, Federico se despidió definitivamente de su amiga especial Genoveva, vía telefónica. Primaban los intereses de Estado por encima de los sentimientos amorosos. Y dicen que el soberano danés guarda en su corazón los mejores recuerdos vividos junto a la mexicana en el año que, parece ser, se estuvieron viendo .Mientras tanto, su mujer sufre en silencio los escándalos de su marido, y estuvo a punto, según se comenta en Dinamarca, de pedir el divorcio. Federico, por lo que se ve, ha hecho examen de conciencia y le ha prometido hacer borrón del pasado y cuenta nueva.