Muy generoso

El Rey Felipe cena con sus amigos por Madrid y deja una suculenta propina

El Monarca aprovechó la noche previa a la Jura de Bandera de la princesa Leonor para reunirse con sus íntimos a saciar el apetito en un restaurante

Rey Felipe VI
Rey Felipe VIGtres

La agenda institucional del Rey Felipe VI es muy intensa, pues no solo trabaja cuando está frente a las cámaras en actos públicos. Su tiempo es limitado, de ahí que aproveche como cualquier otro de cada instante libre para hacer lo que más le gusta. Eso incluye compartir buenos momentos con sus amigos, lo que tiene que ser de la forma más discreta posible para asegurar su protección, pero también para que el revuelo no le arruine su pequeño instante. Algo que pudo orquestar el pasado fin de semana, a pesar de que en la agenda tenía la importante cita de la Jura de Bandera de la princesa Leonor en la Academia Militar de Zaragoza. Antes de este acontecimiento vital en la carrera de su primogénita en su formación militar y su ascenso al trono de España, el Soberano se citó con unos amigos en Madrid.

Lo hizo el viernes en el restaurante La Castela, situado en la calle Doctor Castelo de Madrid. Era de noche y el plan era estimular el paladar con una buena propuesta gastronómica para cenar, tomar algo y compartir confidencias con sus más íntimos. Un planazo que a buen seguro supieron aprovechar, que tuvo como colofón final una sorpresa a la hora de pedir la cuenta. Los dueños del establecimiento decidieron invitar al Rey Felipe y sus amigos a cenar. No quisieron cobrarles por los platos degustados. Un gesto que el Monarca agradeció con creces, dejando una cuantiosa propina en el platillo.

Así lo ha recogido ‘La Otra Crónica’ a través de los testimonios de personas que presenciaron la situación. El marido de la Reina Letizia se sintió muy agradecido con el buen trato recibido por el personal que les atendió a él y a sus amigos, más después cuando el ticket marcaba cero y estaban invitados. Así, no dudó en corresponder el gesto y dejarles 50 euros de propina, cuando el precio medio por comensal ronda los 40 euros.

Estas mismas fuentes consultadas por el citado medio confirman que el Rey Felipe VI se mostró de lo más natural y cercano. No quiso llamar la atención en ningún momento, aunque su altura y presencia siempre se lo dificultan. No puso ninguna pega a la hora de sentarse en el comedor interior del restaurante como cualquier otro comensal. Se divirtió compartiendo confidencias y risas y generando nuevos recuerdos con sus amigos, sin importarle nada más. Era su noche libre y si no fuese porque es generoso y dejó una buena propina, incluso el plan le habría salido gratis.