Valencia
Di Stéfano, en manos de sus hijos
El presidente de honor del Real Madrid quedará bajo su custodia y alejado de su novia
Los planes de boda de Alfredo di Stefano, de 86 años, y su novia y secretaria Gina González, de 36, se han ido al traste. Según ha podido saber LA RAZÓN, los hijos del astro del fútbol han conseguido una resolución que les acerca más a poder mandar sobre la vida de su padre. El pasado 24 de abril, los cinco hijos de Di Stefano acudieron a un tribunal de Madrid para pedir la incapacidad de su padre, aseguraron que preocupados por su salud y para evitar la boda con la joven. En un comunicado remitido a Efe por la familia, Silvana, Alfredo, Helena, Sofía María e Ignacio Di Stefano reconocían que «ante el deterioro evidente de las facultades físicas e intelectivas que se vienen observando en nuestro padre desde hace meses, sus cinco hijos, previo diagnóstico médico de su estado de salud, tomamos la decisión de solicitar ante los juzgados competentes, y en su exclusivo interés, su declaración de incapacidad».
El 26 de abril, el juez admitió la demanda y el presidente de honor del Real Madrid intentó contraer matrimonio con su pareja, como era su deseo. Incluso su familia se sorprendió cuando averiguó que la pareja había empezado a tramitar los papeles para celebrar el enlace en unos juzgados de la capital. Así, parece que los hijos han conseguido lo que pretendían, y tras lograr este primer paso hacia la consecución de la custodia de su padre y de sus bienes, el siguiente será pedir de pleno su incapacidad. Según explicaron a este diario, la situación de Di Stefano se ha ido agravando en lo físico y sus problemas de memoria han crecido.
La opinión del ex futbolista siempre ha sido muy clara. Su historia de amor comenzó durante una entrevista, cuando Di Stéfano preparaba su autobiografía allá por 2005; ella se presentó como periodista o abogada, dependiendo del caso, y pretendió sin éxito ser representante de jugadores. En el Real Madrid se conocía la relación entre ambos y al final, logró entrar en el club blanco como becaria de la Fundación. Después de esto pasó a ser su secretaria, su mánager, su mano derecha, y, finalmente, su novia.
«Mis hijos me cuidan muy bien»
En una entrevista que ofreció para televisión a mediados de julio, Di Stefano destacó el papel de sus hijos: «Me cuidan muy bien. Si no me cuidan ellos, ¿quién lo va a hacer?». La propia Gina, que se habría vuelto a Costa Rica durante el verano previendo este revés, ya intentó avisar el pasado mayo del aislamiento que estaba sufriendo Di Stefano y que había perdido «la libertad» para verse con ella y denunció que se encontraba retenido contra su voluntad. Esta noticia, que aparece tras la vuelta de Di Stefano de sus vacaciones con sus hijos en Valencia, propició que la familia intentara poner un muro entre él y Gina, ya que sigue opinando que podría estar manipulado y teme por el patrimonio si se formalizara el matrimonio. El ex futbolista ya se encuentra en su casa de Madrid, permanentemente vigilado por sus hijos, que se turnan para cuidarle.
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