Enrique Tomás: «El jamón es lo que más nos une»

–«Grandes mentiras sobre el jamón». ¿La más gorda?

–Que el jamón es caro. Caro es el jamón malo.

–¿La mentira más extendida?

–Llamar «jamón de bellota» a muchos que no lo son. Es una estafa muy extendida porque es difícil demostrar la falsedad.

–Se ha dicho que hasta la grasa del buen jamón es saludable...

–No es verdad. Es rica, pero no es buena. Quitarla encarecería el producto.

–«Soy la persona que más sabe de jamón», dice. ¡Y un jamón!

–Eso lo dirán muchos, y más a partir de la publicación del libro. No practico la falsa modestia. Llevo casi cuarenta años en el negocio.

–El jamón es el sueño del español pobre, como en la posguerra lo era el pollo para Carpanta...

–Exacto. Es un signo de riqueza. El jamón es la imagen del placer y el regalo que más nos alegra. Se asocia jamón y felicidad.

–¿Hay que ser un genio para vender jamón ibérico de bellota, el caro, en tiempos de crisis?

–No, se vende muy bien. Sólo hay que inspirar confianza.

–Asegura que el jamón es mucho más que un producto. ¿Igual que el Barça es mucho más que un club?

–El jamón es la bandera de toda España. Es lo que más nos une, lo que nos pone de acuerdo. ¿A quién no le gusta un buen jamón?

–Las mujeres, ¿jamonas o como una maniquí?

–Yo las prefiero jamonas. Beyoncé ha demostrado que a casi todos los hombres nos gustan jamonas.

–Si el jamón lo dieran los toros, ¿cree que Artur Mas lo prohibiría en Cataluña?

–Quizá sí. Yo soy partidario del «prohibido prohibir».

–«Nadie compra jamón para quitarse el hambre, sino por placer», dice.

–Es así. El hambre se quita con patatas. Se pide jamón por puro placer, para gozar.

–¿A qué político le enviaría un jamón por Navidad?

–No sé. Para mí, la política significa entenderse con el que no piensa como tú. Entonces, dígame usted a quién se lo envío.

–Yo, lo que diga mi director...