Mal momento

Los hermanos de Íñigo Onieva, heridos colaterales: su desesperación ante la polémica de Tamara Falcó

Jaime y Alejandra Onieva, y la madre de los tres, Carolina Molas, lo están pasando tan mal como el empresario, incluso más

Íñigo Onieva en una imagen de archivo
Íñigo Onieva en una imagen de archivoUSGGTRES

Siguen pasando los días y la presión mediática que pesa sobre Tamara Falcó e Íñigo Onieva a consecuencia de su sonada ruptura no cesa. Que la marquesa de Griñón continúe aireando los detalles de su separación no ayuda a desviar el foco hacia otros asuntos, y quien peor lo está llevando es el empresario y su familia. Nada se ha vuelto a saber de él desde que reconoció a través de un comunicado que había sido infiel a su prometida, y las cámaras hacen guardia en las puertas de la casa de su madre, en la que, supuestamente, se refugia junto a ella y sus hermanos.

Alejandra Onieva, reconocida actriz y totalmente ajena a las polémicas, no ha podido evitar romper su silencio para reprochar a la prensa su constante presencia en la puerta de la casa de su madre. La artista, íntima amiga de Jon Kortajarena, ha dejado claro que “no voy a hablar” y ha dirigido miradas de pocos amigos a los reporteros que lanzaban sus cuestiones, aunque asegura entender “que es vuestro trabajo”.

Algo más predispuesto a pronunciarse sobre la polémica se mostró su otro hermano, Jaime Onieva, que rompió su silencio para defender a Íñigo y aclarar que, pese a todo, es buena persona. “Es un superhermano, eso desde luego”, sentenció el joven.

Tamara Falcó, Íñigo y Alejandra Onieva y Carolina Molas, madre de los dos últimos
Tamara Falcó, Íñigo y Alejandra Onieva y Carolina Molas, madre de los dos últimosInstagram

El hartazgo en la familia de Íñigo Onieva por esta dolorosa situación es evidente. Todos han salido heridos de forma colateral por culpa de la polémica, y tendrá que pasar un tiempo considerable hasta que las aguas vuelvan a su cauce.

Aunque, sin duda, es la madre de Íñigo Onieva, Carolina Molas, la que peor está llevando este escarnio público que sufre su hijo. La mujer no pudo evitar romper a llorar ante la prensa cuando se le preguntó por lo ocurrido, y tuvo que poner tierra de por medio para escapar del escándalo en otra punta del mundo. Pero al regresar a España se ha vuelto a tomar con la persecución de la prensa, y solo ha acertado a rogar: “No me saquéis por favor, no me saquéis”.