Opinión
El diario de Amilibia: Sí: Él es la ley al oeste del Pecos
"Los analistas de la cosa no acaban de asumir que no se trata de que el presi del TC, Conde-Pumpido, sea algo así como el alma gemela de Él: es que Conde-Pumpido es Él, el Juez Supremo. Más que guapo, divino"
Todos ustedes lo oyeron y leyeron. Dijo Él bajando del Sinaí de la Moncloa con las Tablas de la Ley: «Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo. Todos los independentistas catalanes serán amnistiados porque no son terroristas». Pensé en un primer momento en el Charles Bronson de «Yo soy la justicia», pero Él es demasiado guapo para que lo confrontemos con Bronson. Qué iba a decir Begoña, por favor. Después, ya más recuperado, recordé a Paul Newman en «El juez de la horca», del gran John Huston, imaginando que esta analogía sería más de su agrado. Era cruel aquel juez, pero también un cachondo, toque muy propio del dúo Huston-Newman, santos bebedores. Despachaba a los recién casados con la misma frase que a los condenados a muerte: «Que Dios se apiade de vuestras almas».
«Yo soy la ley al oeste del Pecos», decía el juez, Biblia en mano. También: «Normalmente te llevaría a mi corte, te juzgaría y te colgaría, pero si tienes dinero para whisky podemos prescindir de todo eso». Y aquella sentencia: «Homicidio justificado. Bien, cincuenta dólares por perturbar la paz y diez por estar allí». Pero hay una, realmente gloriosa, que además viene que ni pintada para este caso: «De ahora en adelante, yo seré aquí la ley. Conozco bien las leyes porque las he violado todas». Los analistas de la cosa no acaban de asumir que no se trata de que el presi del TC, Conde-Pumpido, sea algo así como el alma gemela de Él: es que Conde-Pumpido es Él, el Juez Supremo. Más que guapo, divino
Leo: «El fiscal Redondo se retractó en 72 horas de cinco indicios de terrorismo contra Puigdemont tras su visita al fiscal general». Y es que, encima, Él es también García Ortiz. Demasié, tío.
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