Opinión
El diario de Amilibia: Tenemos un problema de narices
"Necesitamos urgentemente un plan Chanel nº5 que nos libere de la fetidez. Porque el incienso ya lo ha agotado Él en sí mismo"
Ha dicho Juan Luis Cebrián que la política española es un putiferio, y aclara que no significa puterío, sino desmadre o follón. Como es académico y conoce bien al personal con poderío, se supone que sabe de qué habla. La raíz etimológica de putiferio es el latinajo putire: mal olor o apestar. Carlos Fuentes define putiferio «como el culo por el que se expele lo que se come». Así que, pese a Cebrián, servidor se inclina por creer que tenemos un problema de narices, o sea: la cosa nostra política lleva tanto tiempo atufándonos que estamos perdiendo el olfato. Ahí está Juanjo Puigcorbé, el actor, que se metió en ERC y ahora dice que «en la política he conocido una maldad que no sabía que existía». Le falló el olfato, no se olió la tostada. Y el mismísimo Feijóo, después de tanto tiempo en la cosa, aún no había olido (así lo confesó) la putrefacción política de verdad, el putiferio nacional.
Leo: «Feijóo se instala en la Galicia rural para “hundir” a Sánchez», y la misma Carmen Morodo señala que «en Junts se burlan del olor a muerto en Moncloa». Nada como huir al mundo rural para alejarse del olor a cadaverina que han detectado los separatas, que, miren por dónde, parecen ser los únicos que conservan cierto sentido del olfato, aunque no huelan sus propias descargas de buen caganet. Ya dijo Josep Pla que «el nacionalismo es como un pedo: huele mal a todo el mundo menos al que se lo tira». La ciencia quiere eliminar los pedos de las vacas (peligroso metano contaminante) interviniendo en su genética. Pero, ¿qué hacemos para combatir los cuescos políticos que apestan el país?
Necesitamos urgentemente un plan Chanel nº5 que nos libere de la fetidez. Porque el incienso ya lo ha agotado Él en sí mismo.
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