Marisa Paredes ha muerto a los 78 años de manera repentina a causa de un fallo cardiaco en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. La actriz acudió al hospital acompañado de su pareja, Chema Prado, al comenzar a encontrarse mal.

"Esta madrugada ha sido. No estaba mal particularmente, pero tuvo un fallo cardíaco y eso es... Enseguida", ha declarado Prado, muy afectado, a su llegada al tanatorio de San Isidro.

María Isasi, la única hija de la actriz fruto de su relación con Antonio Isasi-Isasmendi, ha sido una de las primeras en llegar a la capilla ardiente de Marisa Paredes. Totalmente devastada y entre lágrimas, la artista ha atendido a los medios de comunicación, agradeciendo públicamente todos los mensajes de amor y de cariño que ha recibido en las últimas horas tras el fallecimiento de su madre.

"Es un día bastante duro. Daros a todos las gracias por estar aquí. La cantidad inconmensurable de mensajes que he tenido, llenos de amor. Como dice un amigo, ella le pertenece a todo el mundo, así que es vuestra y vuestra será siempre. Y gracias, gracias por acompañarme, por acompañarnos a la familia en este momento", ha comenzado diciendo María Isasi, explicando que "mañana ella estará donde tiene que estar, en su Teatro Español, en su Plaza Santa Ana, que es donde nació y donde hubiera querido estar siempre de 10 a 12, y allí la despediremos con todo nuestro amor".

Sobre cómo le gustaría que recordasen a su madre, la hija de la actriz ha declarado que "como era: maravillosa, valiente, luchadora, era una diosa". "Y nos dejó un gran legado cinematográfico, político, social, de lucha por los derechos, de la libertad de prensa, de pensamiento, de feminismo, de tantas cosas...", ha añadido María.

Las últimas horas de Marisa

Tal y como ha desvelado su hija entre lágrimas, la actriz fue a verla el domingo al teatro a actuar al Teatro Español: "Estuvo viéndome, sí, precisamente en ese escenario, en el Teatro Español, nuestra última función de "Luces de Bohemia", muy emocionada y muy feliz".