Opinión

Tamara y los bebés

La marquesa de Griñón desea convertirse en madre en los próximos meses

Tamara Falcó vuelve al trabajo tras su boda.
Tamara Falcó vuelve al trabajo tras su boda. Sergio R MorenoGTRES

Tamara no es muy buena interpretando las señales divinas. Otra, en su lugar, habría descifrado como un sutil «por ahí no» el que, ante su boda con Íñigo Onieva, se sucediese, una tras otra, todo un amplio catálogo de catastróficas desdichas: cuernos del novio, robo de joyas, sotana ardiendo… Cualquiera, digo, habría salido corriendo, como Julia Roberts en «Novia a la fuga», poniendo una excusa al azar. Me he dejado algo en el horno, mismamente. Está todo pagado, disfruten, no hace falta que se vayan, ya que han venido. Y tú ya caminito de Barajas, T4, comprando móvil mediante billete a Lejísimos para ya mismo. No es muy buena interpretando indirectas de la ventura o es que, directamente, se la suda. A mí a veces me pasa, que ante un «por ahí no» explícito en mi cabeza se activa el modo «anda que no», y donde alguien sugirió un «dirección prohibida» yo veo una indicación enorme y bien iluminada de dirección única. Anda que no me habré yo metido en líos por culpa de un «por ahí no» o de su versión retadora: «no hay huevos». Pues Tamara me gana: si se casó por sus huevos morenos y contra todo pronóstico, ahora va a ser madre porque quiere y le da igual que cueste. Que cueste y lo que cueste: les han visto salir de una clínica de fertilidad.

Tamara Falcó presenta su colección.
Tamara Falcó presenta su colección.Amor Martínez

Que a lo mejor el destino está ahora tirándose de los pelos, ya no sabe cómo decirle que no sea madre con Onieva. Pero ella, que si quieres arroz Catalina. A lo suyo. Y si dice que se embaraza, se embaraza. Así que se va a embarazar mediante naprotecnología, que es un método natural de «diagnóstico, monitorización reproductiva y tratamientos cooperativos con el ciclo menstrual». Toma ya. Yo si fuese la providencia me había rendido ya, había arrancado las páginas escritas del futuro de Tamara Falcó y a lo que diga ella. Porque si lo de la boda no se pudo evitar con todo lo que el futuro escrito puso de su parte, lo del bebé no se soluciona ni inundando el quirófano ese día o dándole atasco a la matrona. Llega a ser Tamara la protagonista de «Destino Final» y no llega a cortometraje: Tamara tiene una premonición de dramática explosión en un avión y dice «que me subo». Y se sube. Explota, sobrevive y el destino se rinde. Fin. Hala, te quedan por delante 80 minutos que rellenar porque si se le pone algo entre ceja y ceja a Tamara no la disuade ni Dios. Debe ser cosa de ser marquesa. Los ciudadanitos de a pie no le ponemos tantas pegas al destino. Es más, a veces hasta agradecemos que nos queme una sotana o nos dé un dolor de tripa para poder decir «frena». Que se puede, se puede. Que no, pues no. Para Tamara, sin embargo, lo predestinado es solo una sugerencia.