Julio Iglesias
Joaquín Torres abre la caja de los truenos con sus memorias
Pueden convertirse en un best-seller o en algo terrorífico como las memorias de Alfredo Fraile en las que desmonta la personalidad de Julio Iglesias y descubre que es más un truhán que un señor. Y es que Joaquín Torres redacta sus impactantes recuerdos en unas memorias que astutamente titula «Detrás de la puerta». El arquitecto repasa grandes discusiones, ridículas humillaciones y casos tan divertidos como el de Felipe González y su romance anónimo, aunque hoy se encuentre felizmente casado con Mar García Vaquero, la cuñada de Pedro Trapote. Juntos pasaron estas fiestas navideñas donde, por supuesto, sobresalió la perfección de Begoña García Vaquero y su capacidad de organización para con toda la familia.
Torres empieza a redactar sus recuerdos hablando del presidente madridista, Florentino Pérez, de quien cuenta numerosas confidencias y aún así, se queda con mucho que desentrañar: «Era socio de mi padre y en una de nuestras fiestas caseras cuando yo tenía tan sólo 13 años, comentó a un grupo de amigos: «Este niño es maricón». Cuando lo supe, me traumaticé y tardé en recuperarme bastante tiempo». Además me afirma tajantemente que le pareció de «una insensatez innecesaria». Todavía se siente culpable de la muerte de su hermano mayor, el que era drogadicto y que le arrancó lágrimas en el programa «Espejo público», donde su presentadora, una espectacular Susana Griso y los miembros de su equipo descubrieron a un Joaquín inédito, para nada frívolo y muy comprometido con la cooperación y la solidaridad en este momento de crisis nacional, hasta el punto de regalarle un piso a unos rehabilitados de La Coruña. Es un lado hermoso, sorprendente y desconocido de quien juega con la frivolidad y los atuendos rompedores que suelen caracterizarle, siempre fiel a sus bufandas.
Pero aún tiene más leña para Felipe y su señora, la rubia que a día de hoy sucede a Carmen Romero, mientras contempla cómo Paloma Cuevas se piensa si sitúarse al lado de Luis Alfonso y Margarita Vargas ya que busca una vivienda en la urbanización de éstos, donde tiene pensado instalarse con Enrique Ponce y los niños. Por su parte, Torres también tiene para Luis García Cerceda, quien fue el creador de «Zalacaín» como único gran restaurante madrileño con ayuda del histórico Carmelo, quien en la actualidad lo mantiene contra la crisis. También fue el inventor de la zona residencial de la que hablamos. «Luis, íntimo amigo de Felipe, nunca le perdonó que se liara con su novia. Y menos aún que no se lo dijera. Le pareció cobardía, traición y absurdo. Tuvo que enterarse por casualidad», cuenta Joaquín en sus páginas.
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