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Julio Iglesias, nueve hijos y una fortuna por repartir
42 años lleva Javier santos tratando de demostrar que julio iglesias es su padre. El 4 de julio el cantante podría someterse a un test de ADN.
42 años lleva Javier santos tratando de demostrar que julio iglesias es su padre. El 4 de julio el cantante podría someterse a un test de ADN.
La paternidad de Julio Iglesias viene coleando desde hace más de cuatro décadas. Cuarenta y dos años son los que lleva Javier Santos litigando para demostrar la relación filial que hay entre los dos. Primero fue su madre Maria Edite Santos la que interpuso demanda al ser menor de edad. Hace tres años, Santos eligió al abogado Fernando Osuna para que llevara su caso. Este letrado se ha especializado en estos casos y desde su despacho se han tramitado cerca de quinientos. Uno de los episodios más mediáticos fue la demanda que interpuso Manuel Díaz contra El Cordobés. Finalmente el torero se sometió a la prueba de ADN y en el mundo taurino aseguran que este reconocimiento voluntario le costó a Benítez su matrimonio con Martina. Osuna también llevó la filiación de José Daniel Arellán, hijo reconocido por sentencia judicial de Carlos Baute. Tiempo después el joven interpuso otra reclamación para exigir una indemnización por daño moral y actualmente se encuentra en ese proceso.
Esta figura jurídica será la que Osuna utilizará en un futuro cuando se demuestre la paternidad de Javier Santos y así lo explica: «El daño moral no tiene precio y lo fija el Tribunal Supremo. Es un asunto difícil porque los componentes son subjetivos. La parte de la herencia que le correspondería a mi cliente no se podría tramitar hasta que no falleciera Julio Iglesias. Pero sí se puede incluir en una demanda el daño moral donde se tiene en cuenta la humillación, la marginación y el desprecio que puede sentir un hijo ante el rechazo paterno».
En el histórico de Javier Santos hay que recordar que en 1992 y durante dos años, siendo aún menor de edad, se le reconoció ese derecho. Después, la Audiencia de Valencia revocó en 1994 la sentencia por un defecto de forma. Javier Santos se quedaba de nuevo sin padre biológico. Y ahí quedó la cosa porque no hubo posibilidad de recurrir. Julio ya era un hombre poderoso y megamillonario y Maria Edite, una mujer con pocos recursos para enfrentarse a la gran figura internacional. Y este camino en busca de su filiación no ha sido nada fácil, pero puede tener un final feliz para el demandante. No así para el demandado. Aunque todo puede cambiar antes del 4 de julio, fecha de la nueva citación en el juzgado numero 13 de Valencia. Y la razón de ese cambio de estrategia pasaría por las explicaciones que hizo Julio si por fin se retomaba la causa pendiente por parte del juez que tramita el caso.
«Iglesias tiene aún una posibilidad de responsabilizarse de esa paternidad si cumple con su palabra. Dijo que se sometería a la prueba de ADN si nos daban a nosotros la razón, como así ha sido, y se daba por buena nuestra demanda. Su defensa aseguraba que como ya se juzgó en su momento, no se podía sentenciar sobre el mismo caso dos veces. Y, por lo tanto, no admitía la demanda. El juez nos dio la razón y la causa sigue su curso», explica Osuna, que le cuesta entender ese empecinamiento en estirar un procedimiento «que aunque sea largo tiene una fecha de caducidad». Y aclara que si al final no acude a la cita judicial tampoco lo tendrá fácil: «Habrá dos efectos negativos en su haber. El juez aplicará el artículo 767 apartado 4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil que dice: ''La negativa de un padre a hacerse la prueba de ADN, el juez lo castiga con la paternidad''. Y el segundo es que se demostrará la mala fe. Nosotros hemos presentado muchos indicios».
En realidad, Julio no está preocupado por estas cuestiones legales y menos por su fortuna. Alfredo Fraile, que fue su mano derecha e izquierda durante años, aseguraba que esta posible nueva paternidad le pilla ya mayor. Y además está convencido de que «respetaría lo que dijera el juez, aunque lo difícil es recuperar una relación afectiva 42 años después. Pero de Julio se puede esperar todo».
No le hace falta cantar
Ha llegado a ese punto de su vida en que hace, dice y canta lo que le viene en gana. No le hace falta sacar un disco nuevo cada temporada porque sus seguidoras, las hijas de sus seguidoras, sus nietas y hasta las biznietas, quieren seguir escuchando más de lo mismo. Ha vendido millones de discos y ese es su único aval. Desde hace décadas no necesita cantar para mantener su tren de vida. Lo hace porque es carne de escenario, aunque ahora que entra en otra etapa reivindique una vida familiar que nunca quiso.
Más de 850 millones por repartir
La fortuna de Julio Iglesias es difícil de cuantificar. Según la lista «Forbes» y con datos oficiales de 2018, el cantante se encuentra en el puesto 34 con un valor patrimonial de 850 millones de euros. En este medio se dan datos referentes al aspecto cuantitativo inmobiliario. Explican que desde hace unos años mantiene una nueva estrategia que pasa por «monetizar» sus inversiones. Cuando murió su gran amigo Oscar de la Renta vendió sus participaciones en el Grupo Punta Cana, donde tenía de socios a dos de las grandes fortuna del país, Frank Rainieriy Theodore W. Kheel. Es uno de los grupo hoteleros más importantes de la República Dominicana. Ha puesto en venta sus mansión de Indian Creek por 120 millones de dólares y mantiene su finca de Ojén (Málaga) de 400 hectáreas y valorada en 145 millones de euros.
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