
Incombustible
Raphael, euforia en Starlite: su médico le dio un aviso
El cantante, que actúa esta tarde en Marbella, ha concedido su entrevista más sincera después del linfoma cerebral

Ni sus 82 años ni el linfoma cerebral que acaba de superar amilanan a Raphael. Este sábado, 5 de julio, sube al escenario del Starlite Occident de Marbella con "Raphaelísimo", un espectáculo que reúne algunos de los grandes éxitos que lo han convertido en un icono. De pie, con la misma energía, pasión y torrente de voz, intepretará "Yo soy aquel", "Mi gran noche" y "Escándalo", sin olvidar las canciones de su nuevo álbum "Ayer… aún", un tributo a la "chanson" francesa en el que homenajea a artistas de la talla de Edith Piaf y Charles Aznavour.

Sus temas resisten el paso del tiempo, las tendencias o cualquier altibajo de la industria musical. Traslada a su arte esa capacidad de resistencia y está dispuesto a seguir construyendo, a no rendirse al desgaste, a seguir presente e incluso a reinventarse. Todo ello lo ha dejado claro en una entrevista concedida al periodista Carlos Franganillo, de Telecinco, en su propio domicilio.
"Lo que vaya a hacer, hágalo ya"
Con valentía, compartió los detalles más delicados de estos últimos meses en los que se ha tratado un linfoma cerebral. "Afortunadamente me sacaron adelante de una manera rápida. Recuerdo que, cuando vinieron a explicarme lo que me ocurría, yo ya estaba puesto en la carretera". Le dijo al médico: "Lo que vaya a hacer, hágalo ya".
Raphael fue trasplantado de hígado en 2003, pero dice que este linfoma ha sido "mucho más engañoso" porque no llegó a perder el juicio. "Yo seguía enterándome de lo que pasaba, pero no entendía. No les podía ayudar y eso me dejaba con la mosca detrás de la oreja".
A la incertidumbre le siguió una de las primeras buenas noticias. "Al final del primer mes, uno de los médicos que estaba me preguntó si ensayaba mucho. Le dije que no, que soy más del último momento". El doctor le respondió: "Pues ve ensayando". Reconoce haber vivido estos meses con mucha ilusión. "Esta vez no he llorado ni una sola vez porque lo vi tan claro en las palabras de los médicos", le aseguró a Franganillo.
Un eterno aprendiz
No se siente una persona nostálgica y eso le ayuda a vivir con más intensidad el presente. "Creo que en cada época de mi vida he ido haciendo lo mejor que he sabido hacer. También yo soy una persona que todo lo aprendo yo, que yo no tengo un maestro por ahí que me vaya enseñando". Por otra parte, confesó que no ha dejado de sentirse un aprendiz. “Yo sigo aprendiendo constantemente y eso es bueno para mí".

Aunque el escenario para él es "felicidad", llegándose a creer "dueño de los escenarios", su gran soporte vital es la familia. "Es muy importante para mí. Es bueno que haya conseguido tener una familia en la que yo me vuelco siempre que puedo". Por último, lanzó un advertencia que, a la vista de su eufórica vuelta, ya se intuía. No piensa retirarse. "Yo soy carne de escena y yo moriré en el escenario. Es la forma que tengo de ser feliz", concluye.
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