Ibiza
La noche más loca de Laporta
El ex presidente del Barça y actual concejal del Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a ser fotografiado en actitud festiva en compañía de unos amigos
El ex presidente del Barça y actual concejal del Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a ser fotografiado en actitud festiva en compañía de unos amigos
El encuadre impide ver más allá de los límites de la imagen aunque no hace falta ser un avezado analista para intuir que, bajo los coquetos pantalones blancos de guiño ibicenco, se extienden unas piernas ligeramente arqueadas que buscan aumentar la base de apoyo para otorgar al cuerpo –quizá embriagado por los efluvios de la noche– un mayor equilibrio sobre la arena. La camisa sobrevive abrazada a su cuerpo gracias a ese último botón de cordura que resiste a desabrocharse para evitar airear ese vientre de generosas proporciones y flexibles fronteras que alguna vez campó orgulloso a bordo de un yate sobre la mar. Podría inmortalizar la hazaña a modo de «selfie», pero en las manos sostiene, casi por inercia, los víveres de una madrugada en recesión: en la izquierda –sin que el posicionamiento físico parezca tener aquí ningún paralelismo con el aquelarre político–, un puro a medio a consumir subsiste estrangulado entre el índice y el corazón y, en la derecha, las hojas de menta flotan sobre un mojito en fuga por los vaivenes de la joven que, inexplicablemente, lucha por permanecer asida sobre sus hombros. Las gafas, que, en un principio, parecen jugar a su favor –aportan cierta serenidad al ocultar sus ojos puede que asombrados por el prodigioso ejercicio de malabarismo a la luz del alba–, cuentan más de lo que callan: ese cristal de espejo delator permite ver a dónde se dirige su mirada y esa boca entreabierta que quizá intenta articular la última frase de una noche en retirada a la mujer con sombrero que, subida a hombros de otro caballero, se refleja en sus lentes. Es la descripción de la última fotografía –en un extenso álbum de jolgorios expuestos a la luz pública– que capta el lado más fiestero de Joan Laporta, el que fuera presidente del Barça –se dice que quiere postularse para repetir cargo en el club azulgrana– y que ocupa en la actualidad una silla de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona con su partido Democràcia Catalana.
La imagen se difundió ayer en las redes sociales y pronto se convirtió en uno de los temas de la jornada: pillado en una nueva juerga, con una joven rubia a hombros cuya melena –oportuna– mantiene el misterio de su rostro. Junto a ellos, otros amigos disfrutan de la escena en lo que parece ser la última locura de una noche de fiesta. El grupo fue fotografiado el domingo sobre las 8 de la mañana en la playa de Pals (Baix Empordà), aunque en una imagen que parece tomada con anterioridad –los rostros y los gestos resultan más serenos– Laporta ya posaba con la joven del vestido negro sobre sus hombros. Si al día siguiente tuvo que tirar de café con sal y relajante muscular es algo que ya sólo lo sabe el ex president del Barça, quien se hace llamar «Jan» en la noche catalana (un nombre más moderno y que triunfa entre los indenpentistas de alto poder adquisitivo) y cuyos desmadres han ocupado ya alguna que otra portada. Ni renacentistas, ni románticos ni ningún movimiento artístico que haya elevado el carpe diem a máxima de culto y veneración pueden igualar a Laporta en la interiorización del dicho latino. Pero no se trata sólo de un estado mental o de una filosofía de vida, su forma de disfrutar cada momento no está al alcance de todos los bolsillos –pocos pueden contemplar el verano desde un yate mientras se sirven unos tragos de Moët & Chandon– y Laporta es de los que disfrutan de los ambientes exclusivos. De hecho, según revela el diario «Sport», el que fuera presidente del Barcelona conoció en Ibiza a Neymar, una de las estrellas del equipo, que ha pasado unos días de descanso en la isla pitiusa. Según cuenta la citada publicación, ambos coincidieron y estuvieron conversando en uno de los locales de moda, El Lío, un restaurante cabaret que hace las delicias de los «vips» que estos días invaden el paisaje ibicenco.
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