Pozuelo de Alarcón

El templo carnívoro

La Española sirve en Pozuelo de Alarcón un producto de primera calidad

La Razón
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Según accede al restaurante, el comensal tiene la intuición de que la experiencia gastronómica va a resultar sorprendente, tanto como las instalaciones de La Española, que cuenta con 1.800 metros cuadrados. Su amplitud es de agradecer y que, incluso, posea garaje privado, también. Justo en la entrada, una vitrina muestra las piezas de carne en todo su esplendor, que luego tomarán la parrilla. Nos encontramos en el templo carnívoro por excelencia, situado en Pozuelo de Alarcón, un establecimiento inaugurado hace 30 años, que en 2008 sufrió una sabrosa remodelación. La parte de arriba, con un reservado ideal para 16 comensales, está ocupada por los alumnos de los cursos de cocina y sala tanto del INEM como privados, cuyos alumnos, además de empaparse de las lecciones culinarias, realizan en el restaurante las prácticas con el fin de salir preparados para el mundo laboral.

Con terraza y chill out

El comedor dispone de mesas espaciadas, un detalle importante para facilitar la conversación y que las sobremesas se alarguen, igual que la terraza, que permanece abierta todo el año. Junto a ella, un chill out, con billar y una buena carta de cócteles, hacen que este rincón resulte perfecto para el afterwork.

Su propietario, Amando Cabello, selecciona la mejor carne, según la veta y la tipografía de la grasa. El rey es el entrecot de carne roja de cebón, aunque merece la pena degustar el solomillo de ternera rosada y el chuletón de carne roja de cebón con costilla, un manjar ideal para compartir y acompañarlo con un Condado de Oriza Crianza, de la bodega Pagos del Rey, de la D.O. Ribera del Duero: «Es un vino fantástico. Es muy bebible, ya que es suave al paladar y entra bien. Entusiasma a los clientes y ellos mandan», dice Amando Cabello, quien también recomienda el steak tartar de cebón y solomillo. Pregunte por los cortes para llevar.

Como entrantes, sugiere compartir el jamón ibérico, la famosa tortilla de la casa y unos pimientos verdes fritos. En cuanto a los productos del mar, destaca la merluza de pincho en todas sus formas (a la plancha, con crema de marisco y el cogote a la bilbaína, entre otras), un rico rape con bogavante gratinado con bearnesa y el esturión macerado con aroma de trufa blanca y fresas con cebolla crujiente. Tampoco faltan los guisos, entre ellos, los callos y el muslo de pato confitado al horno con salsa de miel y patatas a la crema. De postre, los paladares golosos se decantan por la tarta rellena de mousse de dulce de leche. Una apuesta segura. Tome nota: abren el lunes 17, así como el 24 y el 31 al mediodía.

El vino

Condado de Oriza Crianza proviene de viñedos con más de 20 años de la zona Ribera del Duero, de la variedad Tinto del país o más conocida como Tempranillo. Con una esmerada selección de la uva en su recolección, se somete a un tiempo de maceración de 15 días con una fermentación entre 20 y 30ºC. Envejecido en barricas nuevas de roble americano durante 14 meses con trasiegos periódicos, en busca de su correcta oxigenación y mayor expresividad del vino. Sorprende su color cereza granate vivo, con aroma a fruta negra y notas especiadas que recuerdan a finos de sotobosque. De entrada suave y sabroso en su paso, carnoso y con tacto aterciopelado. Vino largo y distinguido, perfecto para enriquecer asados castellanos, cochinillo y guisos de carne y caza de pluma.

LA BODEGA

En pleno corazón de la Ribera del Duero se encuentra la bodega Pagos del Rey, ubicada en la localidad burgalesa Olmedillo de Roa. Su enclave, en una de las más prestigiosas vitivinícolas de España, hace posible la elaboración de vinos con un carácter propio como el denominado Condado de Oriza. Los viñedos perfectamente alineados en verde y ocre dibujan en el horizonte un agradable paisaje dorado por el sol mesetario. La bodega goza de un aspecto moderno, en un enclave iluminado que da paso a la oscuridad del atardecer en la nave de crianza en la que reposan sus vinos.