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Las cenizas malditas de Camilo Sesto

Incertidumbre sobre dónde se depositarán después de saberse que su hermano había vendido el panteón familiar y la ley impide esparcirlas en el río.. Alta tensión ante el reencuentro del hijo del cantante con los hombres de confianza del fallecido.

En las imágenes se observa que el artista luce la alianza de su padre y un reloj de oro
Camilo Sesto, en una imagen en el salón de su casa de Torrelodones. Foto: GtreslarazonGtres Online

Incertidumbre sobre dónde se depositarán después de saberse que su hermano había vendido el panteón familiar y la ley impide esparcirlas en el río.

Alcoy vivirá el próximo 24 de octubre un día muy especial. Sus vecinos podrán dar su último adiós a Camilo Sesto, hijo predilecto de la localidad, porque la urna con las cenizas del artista se instalarán en una dependencia del ayuntamiento para rendirle un sentido homenaje. Será su hijo, cantante como su padre, quien lleve personalmente esas cenizas a la ciudad en la que nació su progenitor.

Pero los restos no encuentran, de momento, acomodo. Los deseos del protagonista de “Jesucristo Superstar” chocan con la realidad. Él quería que esas cenizas se repartieran entre el mausoleo familiar y el mar, aunque no va a ser posible. El panteón funerario de los Blanes fue vendido hace dos años por Pepe, el hermano del finado, y las leyes prohíben que se esparzan las cenizas en el mar o en cualquier otro lugar. Camilo mandó incinerar los cadáveres de sus progenitores, que ahora reposan en un columbario del cementerio alcoyano. Existen, por tanto, dos posibilidades: o añadir las suyas en este lugar o aceptar la oferta del ayuntamiento de la localidad, que, según parece, se ofrece a construir un nuevo mausoleo, corriendo con todos los gastos.

El jueves próximo, Camilo hijo coincidirá con su tío y varios primos, y volverá a verse las caras con los que fueron el administrador de su padre, Cristóbal Hueto, y el representante, Eduardo Huervos, los hombres en los que más confiaba el artista.

La relación entre el heredero universal y los dos mencionados es inexistente. Se vieron en la capilla ardiente de la Sociedad General de Autores, donde se instaló el ataúd antes de ser incinerado el cuerpo, y después, el primero decidió que cualquier contacto con ellos sería a través de abogados, algo que éstos no vieron con buenos ojos, porque en su ánimo no existe el menor deseo de enfrentamiento.

Ciertos rumores apuntan a que el joven está siendo “muy mal aconsejado desde que vino a España desde México, su lugar de residencia, y que la animadversión, y mala relación, de su madre, Lourdes Ornelas, hacia el administrador y el representante los está contagiando a su hijo.

En el testamento de Camilo Sesto se especifica que Cristóbal es el albacea en todo lo relacionado con la elección de objetos personales del cantante para que figuren en un futuro museo que Alcoy quiere dedicarle. Tiene plena libertad para donar todo lo que crea conveniente al ayuntamiento alcoyano, y nadie se lo puede impedir, ni tan siquiera el heredero universal, o sea su hijo.

En este sentido, el mismo Hueto deja muy claro a LA RAZÓN que “no creo que Camilo hijo vaya a poner algún tipo de impedimentos cuando yo elija los efectos personales de su padre que considere necesarios para ese museo. Su padre plasmó muy claro en su testamento que tengo plena libertad para coger lo que sea, y es lo que voy a hacer. Ni busco conflictos con nadie ni los espero”. Entre las piezas a exponer figuran vinilos, discos de oro, ropa, trofeos, cuadros, muebles y otros objetos representativos de la vida y la trayectoria profesional de su dueño.

Cuando se le recuerda que Lourdes Ornelas dejó entrever que Camilo estaba secuestrado y manipulado por él y Huervos, contesta que “es falso, no se dejaba manipular ni abducir por nadie, y menos secuestrar, era un hombre con un carácter muy fuerte y alejaba de su lado a aquellos que pensaba que podían perjudicarle. Si Eduardo y yo fuimos sus hombres de confianza durante años por algo será, ¿no? Y el 24 estaré presente en Alcoy porque me mandaron una invitación desde el ayuntamiento para que vaya al homenaje, no me lo quiero perder por el gran recuerdo que ha dejado Camilo Sesto en mi vida. Fue un gran amigo...”

En ese testamento, constan varias propiedades, dos en Las Rozas y en Torrelodones, ambas en Madrid, y otra en tierras malagueñas. De momento, Camilín, cuya intención es sacar al mercado un futuro disco con versiones de los temas más conocidos de su famoso progenitor, reside en el chalet que ocupaba Sesto en Torrelodones, una casa espaciosa, con piscina y un gran jardín. Su madre, que posiblemente también se quede en nuestro país, le visita casi todos los días, aunque se ha instalado en la casa de una amiga. No se descarta que el heredero ponga a la venta los inmuebles de Las Rozas y Marbella y conserve el de Torrelodones.

En cuanto a Ornelas, que, a día de hoy, no tiene intención de reanudar el diálogo con con Hueto ni Huervós, se le ha olvidado, según nos recuerda el primero, que “yo la ayudé económicamente cuando estaba mal de dinero, lo que me supuso una bronca del mismo Camilo al enterarse. No entiendo el por qué de su animadversión contra mí”.

Hueto va a Alcoy en son de paz, no quiere enfrentamientos innecesarios ni situaciones inadecuadas por ninguna de las partes. Su única intención es “formar parte del homenaje a un amigo muy querido. Será muy emotivo, porque en Alcoy le quería todo el mundo”.

Algunos medios han especulado con que la herencia, entre unas cosas y otras, podría estar valorada en más de ocho millones de euros, por lo que es evidente que el futuro económico del hijo del cantante está más que resuelto. Y, por ende, el de su madre.

Los vaivenes amorosos del heredero

Solamente tenemos constancia de que en la vida sentimental de Camilo Blanes aparecen dos mujeres. Con una de ellas vivió un apasionado idilio de unos meses, es cantante, se llama Cristina Rapado y reside actualmente en la localidad alicantina de Torrevieja.

La otra es una mujer suiza residente en México con la que el hijo del cantante llegó a casarse, aunque ese matrimonio fue efímero. El alto coste del divorcio llevó a Camilo hijo a pedir ayuda monetaria a su padre, y, según indica Hueto, “la consiguió”.

Aparte de las dos, nunca se le ha visto acompañado por otras féminas, su currículo amoroso está rodeado de un halo de secretismo total. Igual que lo estuvieron las posibles andanzas sentimentales de Sesto en sus últimas décadas de vida. Era un solitario que se rodeaba de pocos, pero muy buenos, amigos, con los que salía a cenar en restaurantes cercanos a su chalet de Torrelodones.

En sus últimos años de vida, la relación entre los dos “Camilos”, aunque no se veían a menudo por la distancia geográfica que les separaba, sí era fluida a través del teléfono y las redes sociales. Incluso, el padre compuso algunos temas para que los cantara su vástago en uno de sus discos.