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La ex de Albert Rivera mantiene su silencio público: “Ni se hablan, ni se escriben, ni se llaman”

Beatriz Tajuelo, la ex de Albert Rivera, mantiene su silencio público pero manda mensajes encriptados a través de las redes sociales

Beatriz Tajuelo acompañaba a su ex Albert Rivera a actos públicos siempre que éste se lo pedía y aunque a ella no le gustara exponerse públicamente / Gtres
Beatriz Tajuelo acompañaba a su ex Albert Rivera a actos públicos siempre que éste se lo pedía y aunque a ella no le gustara exponerse públicamente / Gtreslarazon

Beatriz Tajuelo, la ex de Albert Rivera, mantiene su silencio público pero manda mensajes encriptados a través de las redes sociales.

Desde que Malú entró en escena, una legión de paparazzi busca sin éxito el paradero de Beatriz Tajuelo, la ex de Albert Rivera. Ella volvió a Barcelona, donde trabajaba en la oficina del equipo que lleva a Miguel Poveda. Hablo en pasado porque, aunque el cantante se volcó en apoyar a su gran amiga en unos momentos tan duros, Tajuelo ha dejado de colaborar con él y ahora se dedica a eventos y a campañas a través de la empresa Sound Light Group. De hecho, parece ser que ha sido Rafael Coto, el ex mánager de Poveda, el que se ha llevado a Tajuelo a este puesto. Nueva vida laboral y también sentimental, sobre todo, tras el bombazo de la relación entre el político y Malú, un asunto que ha hecho que el color naranja de Ciudadanos se convierta en rosa por mucho que el líder del partido, con todo el derecho, apele a su vida privada. Así, cuando se pregunta algunas personas cercanas comentan que Bea, como la llaman sus íntimos, sigue enamorada de Albert.

Y aunque en las únicas declaraciones que ha dado contestó con un «estoy de maravilla», desapareció del mapa nada más salir a la luz el idilio entre Rivera y Malú y se fue unos días a la casa que su hermana tiene en la isla de Menorca. Ni ésta ni su primo, que fueron localizados por un programa de televisión, quisieron hacer declaraciones. Respetan su silencio y avivan el secretismo.

Sin embargo, Tajuelo acaba de abrir una cuenta en Instagram en la que publica frases como «la vida no te enseña a ser fuerte, te fuerza a serlo», que indican su desánimo. Días después colgó otra sacada de una de las canciones de uno de sus artistas favoritos, Bunbury: «Sueña lejos de la tristeza / Sueña lejos del dolor / Como si no hubiera ocurrido / Y aún estuviera intacto tu corazón». Y el 13 de febrero, un día antes de San Valentín, anotó: «A pesar de los errores, a pesar de las caídas, a pesar de las lágrimas, a pesar de las heridas, a pesar de las... malas decisiones y compañías. A pesar de los pesares, y pese a quien le pese, seguimos brillando, seguimos soñando, seguimos luchando. ¡Seguimos en pie!».

Los que la conocen la definen como «muy unida a su hermana, cariñosa, cercana y alegre», y en la oficina de producciones de Poveda nos dejan entrever que «lo ha estado pasando mal, porque en los cuatro años que estuvo con Rivera nunca sufrieron una crisis. El enigma Malú la pilló totalmente por sorpresa. Es una mujer muy casera, aunque en varias ocasiones pidió días libres para acompañar a su novio en las campañas electorales. Y mira que le gusta poco dejarse ver en público, pero Albert se lo pidió».

Este mes, Beatriz se irá nuevamente de viaje unos días, acompañada de una de sus íntimas, para desconectar. Ella misma lo ha dejado caer en su página web: «Es el momento y el placer de compartir lugares, momentos, recomendaciones... En marzo nos tenemos que ir». Lejos quedan ya sus palabras de hace un año: «Albert es detallista, sabe buscar esos ratitos. Si puede, se escapa para venir a comer a casa o a cenar. Siempre busca algún huequecillo para estar juntos y compensar un poco lo duro de su trabajo».

Relaciones diferentes

Al contrario que con su primera mujer, la psicóloga Mariona Saperas, con la que mantiene una buena relación, Rivera ha perdido totalmente la pista de Beatriz. «Ni se hablan, ni se escriben, ni se llaman...», asegura uno de los miembros del equipo electoral del político. El distanciamiento es absoluto. La ex azafata cogió sus cosas del piso de Pozuelo en el que ha convivido con Rivera y desapareció de su vida para siempre.

Ironías de la vida, Malú siempre se ha significado por sus ideas cercanas a la filosofía del PSOE y no por las de la formación naranja de Albert, e incluso colaboró en la campaña del partido socialista en Jaén cantando en dos conciertos, en 2007 y 2011. Una reciente operación de rodilla la mantiene reposando en su casa y hace tiempo que no se la ve públicamente. La reaparición será espectacular.